Idoia
Ahora mismo las ganas de verle son nulas, cero. Hasta diría que no quiero verle ni en pintura después de nuestra última conversación, después de encontrármelo echo un desastre y con unas claras evidencias de que pasó la noche con una mujer. Solo ver el cuello de su camisa que estaba ensuciado por el carmín de una muchacha me enfureció muchísimo. Era la indignación por su constante mono tema con que yo soy una chiquilla y que no puedo hacer ciertas cosas para después que él apareciera así para recordarme que él si es mayor y yo no. ¿Es que quería hacerme sufrir? ¿O solo buscaba la demostración de lo que es la vida de mayores a la que yo aún no tengo edad?. No lo sé, es demasiado temprano para pensarlo un lunes por la mañana, pero lo que si que tengo claro es que estoy muy enfadada, que he tenido un domingo de mierda por su culpa imaginándome que es lo que habrá hecho con esa mujer del sábado por la noche y su motivo de necesitar restregármelo por la cara el domingo por la mañana. Ojalá no tuviera que verle la cara más, ojalá desapareciera de mi vida y me dejara vivir la mía al ritmo que yo quiera ponerle, pero un día más, me encuentro en la puerta de mi casa esperando a que pase para recogerme y llevarme al instituto.
Alejandro 18:52
Paso a por ti mañana a las siete y media para llevarte al instituto.
Fue el único mensaje y contacto entre nosotros después de la discusión, pero mi enfado no me permitió contestarle con un simple "vale", porque no le habría puesto únicamente eso, le habría dicho más que a un perro, pero en vez de rebajarme tanto, ni siquiera le contesté dejándole en visto.
Igualmente vuelve a llegar tarde y mi cabreo sigue aumentando a pasos agigantados. Cinco minutos han pasado de la hora de la que me dijo por mensaje que me iba a recoger, y me veo muchas veces en la tentación de llamar a un taxi para que me recoja y que le den por culo al señor madurez pero que a la vez es un completo irresponsable. En cuanto saco el móvil después de diez minutos de espera, y después de insultar hasta su carnet de identidad para que mentir, oigo una música amortiguada que cada vez se va acercando más. El coche de Alejandro aparece doblando la esquina de mi calle mucho más limpio que la última vez haciendome dudar si es o no es el suyo. Ya no hay barro en los laterales, ni excrementos de las palomas, ni polvo por doquier, pero justo frena delante de mí y la música baja tanto que casi es inaudible al estar las puertas cerradas.
La puerta del piloto se abre haciendo más sonora la canción pero en un tono más normal del que me tenía acostumbrada, y aparece un Alejandro sonriente, con las gafas de sol puestas, con un vaso desechable de café y dándome la sensación de que está orgulloso de sí mismo.
-Buenos días.- me dice mucho más alegre que los últimos tres días.
Me pilla un poco desprevenida su mejor humor y este cambio tan significativo. Me esperaba un coche sucio, la música demasiado alta para ser casi las ocho de la mañana y que ni siquiera se dignaría en salir del automóvil para darme los buenos días. ¿Qué ocurre aquí?.
-Llegas tarde.- le digo sin saber que más contestar y siguiendo el patrón con el que nos hemos comunicado estos días atrás. Alejandro pone los ojos en blanco, pero su sonrisa no desaparece de su cara. ¿Esta feliz por que se acostó con una el sábado por la noche?. No le des más vueltas a eso Idoia.
-La culpa es de lo llena que estaba la cafetería a la que siempre voy en estas horas de la mañana.- y vuelve a entrar en el coche como una invitación a que yo haga lo mismo.
Cuando lo hago no me imaginaba que el interior estuviera igual de impoluto que el exterior. Ya no huele a alcohol como ayer, ni a tabaco que tira para atrás, en cambio hay un olor a limpio y fresco que invita a quedarse todo el día. Ya no hay colillas ni ceniza manchando el cenicero ni la parte del cambio de marchas. Las alfombrillas están inmaculadas y el salpicadero brilla como nunca creía que podría hacerlo. Tanto es el cambio, que me asusta un poco por lo mucho que me gusta.
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Lo que calla un latido. (Completa)
Romance¡¡Portada realizada por eewriter!! Alejandro, un subinspector de una comisaría de Madrid, se deja llevar por los sentimientos en vez de la razón y experiencia en su trabajo, consiguiendo que algo imperdonable para sí mismo ocurra. Dada su irrespon...