Capítulo 24

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Alejandro

Algo se ha disparado dentro de mí desde que la he visto bajar del coche que conducía Pascual. Algo muy fuerte que se ha mezclado con la tranquilidad que ha experimentado mi cuerpo en cuanto ha puesto un pie en el suelo de ese parking del hotel. Una necesidad obsesiva por ella, una sensación de protección que supera todos los límites. Un terror de saber que hacemos lo que estamos haciendo porque quieren hacer daño a una chica que me ha demostrado que tiene carácter pero que me parece demasiado frágil para no querer protegerla. Mi cuerpo se ha tranquilizado en un segundo en cuanto la he vuelto a rodear con mis brazos, y no sé en qué momento esto se ha vuelto tan personal hasta llegar al punto de involucrarme tanto.

El resto de sus cosas van hacia mi casa donde está mi coche para que dé la sensación por la ventana de que estamos ahí. Tan importante se ha vuelto esto para mí que me da absolutamente igual que entren en mi piso en busca de Idoia y rebusquen entre mis cosas personales. Ahora mismo no hay nada más valioso que su seguridad, aunque me maten a mí por ello. No volveré a perder a una persona importante en mi vida por mi culpa, no permitiré que le hagan daño si no pasan antes por mi cadáver, porque aunque aún no lo haya dicho en voz alta, esta niña que ahora mismo está mirando todo el estudio del apartotel con atención, se ha convertido en el epicentro de mi mundo. ¿Y cómo lo sé? Pues porque siento que me falta algo si no la tengo cerca, como si fuera el imán para que la aguja de la brújula de mi cuerpo se estabilice y no gire como una loca, como el motivo que perdí cuando murió Paco para seguir viviendo. Idoia ha entrado en mi vida como un huracán para arrasar con todo lo que ella a querido, sin importarle derrumbar todos mis tabiques y columnas que me había construido sobre lo que pensaba a lo largo de los años. Me ha demostrado que la edad es solo un número y que nada tiene que ver con la madurez de esa persona, que nos llevamos diez años y que en algunos momentos yo soy más crío que ella, pero lo que realmente me ha demostrado es a ponerle nombre a esto que me estrangula en la garganta cuando la abrazo, a saber que significa lo que me aplasta en el pecho cuando la beso. Es amor. Un amor maduro que nada tiene que ver con el que tuve a mis diecisiete años. Un amor que se me escapa de las manos.

-Idoia.- le digo al sentir como todo mi cuerpo se calienta con solo notar el contacto de la piel de su cuello en mis labios. Queriendo expresarle lo que siento por dentro en solo ese gesto. Mi cuerpo pide a gritos que la rodee aún más con mis brazos, que la desnude para saciar esa parte de mí que está en llamas por conocerla en todos los sentidos. Quiero enterrarla dentro de mí, que nuestras pieles se conozcan y se deseen como yo la deseo a ella. Que su calor sea el mío y que unamos nuestras almas para que la suya cure del todo la mía.

-Dime.- y me lo dice en un ronroneo mientras echa la cabeza hacia un lado para exponer más la piel de su cuello y que siga saboreándola.

Vuelvo a dejar un beso más húmedo ahora, sintiendo como el aire se vuelve tan espeso que a mis pulmones les cuesta respirar. Mi corazón está a punto de romperme las costillas, y un fuego que hace mucho tiempo que no había sentido se extiende por todo mi cuerpo.

Mis brazos la rodean por el estómago aún de espaldas para pegar su espalda a mi pecho todo lo que pueda. Su calor hace que mi cuerpo se vuelva a estabilizar, que mi mente deje de pensar en todo lo que no paro de darle vueltas y que se me olvide la vida que sigue ocurriendo fuera de estas cuatro paredes.

-Estoy acojonado.- le digo queriendo ser todo lo sincero que pueda con ella. Siento que hasta una cosa que llevo haciendo tantos años me viene grande, que no voy a poder aguantarme más tiempo en no calmar ese parte de mí que la desea como un jodido loco, por eso quiero que entienda que para mí esto no es algo sin importancia, que sé que después de lo que pueda pasar este fin de semana, Idoia se meterá tanto dentro de mi piel que ya será imposible de sacar, y quiero que entienda lo especial que es para mí.

Lo que calla un latido. (Completa)Where stories live. Discover now