Capítulo 22

220 21 2
                                    

Idoia

No puedo decírselo a nadie, no puedo compartir esta ansiedad y este miedo que siento con mi mejor amiga que tengo sentada en la silla de mi escritorio mientras me mira expectante a que le cuente algo de lo que ha ocurrido para yo tener esa expresión en el rostro que tenía esta mañana cuando me he despedido.

Alejandro ha tenido la idea de que a lo mejor, y después de tres mensajes por parte de Bea en los que me dejaba ver lo enfadada que estaba, sería bueno que mi amiga durmiera esta noche en mi casa mientras él intenta unir esos cabos sueltos que tiene en su cabeza. Todo esto es muy raro, el por qué de la noche a la mañana ha aparecido un psicópata que me quiere hacer daño, por qué me amenaza por cartas anónimas, por qué me vigila y qué ha pasado para que ese tipo se haya obsesionado conmigo.

Bea me sigue mirando, con una paciencia infinita para esperar a que yo abra la boca, pero no puedo contárselo. ¿Qué le digo yo ahora? ¿Qué excusa de mierda le digo para tenerla contenta? Bueno, hay un tema que puede conseguir que se olvide de todo lo demás porque ya me avisó en su día de que había algo raro. Mejor contarle eso que nada, ¿no?.

-Me vas a matar.- empiezo a decirle con miedo. A lo mejor no me entiende, a lo mejor me llama loca o que estamos locos los dos y se enfada conmigo, pero algo le tengo que contar, y realmente, lo que me está pasando con Alejandro, también necesito compartirlo con alguien.

-Prueba.- y cruza sus piernas una encima de la otra.

-Alejandro y yo nos hemos besado.- y observo detenidamente los cambios en su semblante al darle la noticia. Al principio incredulidad, luego entendimiento y para finalizar preocupación.

-¿Enserio?.

-Sí.- y no sé por qué me siento tan nerviosa. Es un chico más, ¿no?. Aunque me lleve diez años, es un muchacho más del que me puedo sentir atraída. ¿Pero por qué siento que mi amiga me va a juzgar?.

-¿Cuando?.- me pregunta aún con esa cara preocupada.

-El sábado pasado.- le digo con la boca pequeñita, y es cuando mi amiga abre mucho los ojos y me tira un peluche que tengo encima de mi escritorio a mi cabeza.

-¿Y no me lo has dicho desde entonces? ¿Qué he hecho yo para que no quieras compartir eso con tu mejor amiga?- empieza a preguntar enfadada.

-Porque fue una tontería. Además, me sentía avergonzada porque me rechazó.- le empiezo a explicar acordándome perfectamente de esa noche y de las palabras de Alejandro: "No lo quiero", pero ahora todo ha cambiado, ¿no?. Ahora hay algo más entre nosotros, ¿no?.

-¿Te rechazó?.- pregunta incrédula.

-Dos veces.- y le muestro dos dedos de mis manos.

-Ese tío es tonto.- dice tan campante.

-¿Entonces no crees que está mal que me haya liado con un tío diez años mayor que yo?.

-Bueno.- y se encoge de hombros.- La edad no debería ser un problema cuando hay amor. A mí lo que me preocupaba era que ese hombre se quisiera aprovechar de ti por ser más joven y por...- y deja de hablar con miedo por lo próximo que iba a decir.

-¿Por?.- le pregunto queriendo que acabe su frase.

-A ver. No te lo tomes a mal, pero eres muy fácil de convencer para hacer ciertas cosas. Selene y la chupipandi enseguida te convencen para ir de tiendas, para hablar con Samuel, para ir a una fiesta que no quieres ir, y solo lo haces para no caer nunca mal y tener a todo el mundo contento.

-¿Me estás diciendo que soy una queda bien?.- y ahora se lo pregunto con el entrecejo fruncido. No me esperaba que mi amiga me viera así.

-Mas o menos. Casi nunca sabes decir que no por miedo a que se enfaden contigo por no hacer lo que quieren.

Lo que calla un latido. (Completa)Where stories live. Discover now