Capítulo 28

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Alejandro.

El brazo me arde, me escuece y me grita de dolor, pero habiendo tenido suerte, la bala solo me ha hecho una herida superficial que sé que tendré que darme puntos pero sin tener orificio de entrada y de salida. No entiendo como han podido fallar, como el disparo se ha desviado tanto del corazón si querían dejarme fuera para conseguir a Idoia. Puede ser que sea un aviso, un toque de atención para decirme que van a por nosotros, y no sé por qué me quieren a mí vivo si soy el que se está interponiendo en su camino.

Y ahora viene la pregunta del millón. ¿Quién es el que ha disparado? ¿Quiénes son los que se encuentran en el piso de arriba rebuscando en la habitación que puse a mi nombre para despistar? ¿Cuántos son los que se esconden detrás de las cartas anónimas? ¿Contra qué estoy luchando?.

Tengo un nudo en el estomago, unos nervios y un terror que hacen que tenga el cuerpo en tensión. Después de abrir mi corazón y prácticamente mi pecho en canal al contarle a Idoia la historia que me martiriza, me ha pillado con la guardia baja que se hiciera realidad todo lo que temía. Tenía a los malos, y los que quieren hacer daño a la persona que se está haciendo importante en mi vida, pisandonos los talones, y es la primera vez que siento que no estoy preparado para hacer mi trabajo, porque esto se ha vuelto tan personal, que me asusta no pensar con la cabeza y que me deje llevar por impulsos otra vez.

Un nuevo pinchazo en mi hombro me recuerda que me han disparado, pero no tengo tiempo de pensar en ese dolor mientras noto la mano de Idoia como se agarra de la mía como si fuera su salvavidas. Intento volver a centrarme en el plan que tenía montado en mi cabeza ayer, antes de que el cuerpo de ella me dejara fuera de juego, y en todos los pasos que tengo que seguir ahora que se han acercado tanto a nosotros.

Salimos al pasillo mirando hacia todos lados, importandonos bien poco dejar nuestras cosas ahí. Cojo con fuerza su mano mientras tiro de ella y tengo los sentidos alerta. Sigo escuchando el ruido en la parte de arriba y voy directamente al ascensor que nos llevará a la recepción y de allí pasar al parking donde tengo el coche de la comisaría aparcado.

-Te han disparado.- oigo que dice Idoia al lado mío. Parece que se lo dice más a ella misma que a mí, como si le costará creerse lo que está pasando, pero estoy más pendiente en escuchar cualquier sonido sospechoso por encima del bombeo desenfrenado de mi corazón que de cualquier otra cosa.

-Guarda silencio.- y siento no tener el mismo tacto que antes, pero estoy tan a la defensiva y tan alerta que no me sale ser de otra manera.

El ascensor llega a nuestra planta y vuelvo a respirar cuando se encuentra vacío. Nos meto rápidamente dentro y pulso el número de la recepción pensando que, si los que están arriba son los que nos buscan, bajarán un piso por las escaleras y no por el ascensor.

No suelto la mano de Idoia en ningún momento, y durante las 7 plantas que bajamos no aparto mis dedos de la empuñadura de la pistola que tengo guardada en mi espalda por si acaso. No quiero que se abran las puertas y encontrarme con alguno sin que me de tiempo a estornudar.

Llegamos a la recepción del hotel e intentamos actuar con normalidad aunque mi brazo siga sangrando. Sé que Idoia está asustada, que estará muerta de miedo sin saber que está ocurriendo, pero ahora no tengo tiempo de explicarle nada porque necesito sacarla de ahí cuanto antes. Miro hacia todos los lados, viendo gente que entra y que sale del hotel, personas encaramados en el mostrador haciendo el check-in o el check-out, pero nadie nos está prestando atención más de la cuenta.

Volvemos a estar en el ascensor, ahora el que baja al parking, y cojo una gran bocanada de aire espeso que no llena del todo mis pulmones. Idoia esta callada, y yo sigo centrándome en el ruido que hacen los motores del elevador como si fueran los mismos engranajes que siento en mi cerebro. No puedo hablar, no puedo decir nada porque siento como si una mano me estrangulara la garganta y un puño me presionara el estómago.

Lo que calla un latido. (Completa)Where stories live. Discover now