Presagio

204 54 16
                                    

Narra Evie:

El viaje a Hunter Mountain seria en tan solo dos días, ya tenía todo listo y aunque tenía que llevar acompañantes, había ideado un plan infalible para quedarme a solas con Nicholas. Prometían a ser unos días inolvidables.

―Se te nota emocionada. ―Camila entro a mi habitación y se sentó frente a mí, en mi cama.

― ¿No te enseñaron que no puedes entrar a un lugar sin ser invitada? ―la mire con desagrado y saque mi abrigo de debajo de su trasero, ya que se había sentado sobre él.

―Creí que después de estos días ya éramos amigas. ―note la decepción en sus ojos.

―Que lo creas no significa que sea verdad. ―le sonreí con cinismo. ―Vete niña, molesta a alguien más. ―

―Por favor hermanita... ―cada vez que me decía así sentía un calambre, odiaba que lo hiciera. ―Solo quiero hablar contigo. ―

― ¿Qué podrías decir que sea de interés para mí? ―

―Es sobre un presentimiento que tengo. ―

― ¿Te repito la pregunta? ―dije molesta.

―Es importante, creo que algo sucederá en el viaje ese... no sé si sea algo bueno o malo, pero algo pasará. ―la note algo nerviosa.

―Si tienes miedo de ir, puedes quedarte, nadie te necesita allá. ―

―No es por mí, Evie, es por ti. ―me miro con seriedad. ―Sé que has estado tenido ciertos recuerdos al azar donde Nick está presente. ―

―Debo recordar no volver a contarle nada a Katherine. ―me levante de la cama.

―Mamá no me contó nada de eso, yo sé que tienes lagunas mentales de tu pasado ―continuó. ―Sé que el tiempo anterior al día que murió tu madre es borroso... ―ahí capturo un poco de mi atención. ―Creo que es importante que llenes los espacios antes de que vayamos a ese viaje. ―

―Y yo creo que no deberías meterte en la vida de los demás. ―la tome del brazo e hice que se levantara. ―Recuerda que eres una simple mestiza, Camila, no te hagas la que sabe todo sobre todos. ―la empuje afuera de mi cuarto. ―Ve a joder a alguien más con tus presentimientos estúpidos. ―le cerré la puerta en la cara y volví hacia la cama.

Unos segundos después escuche que se fue de mi puerta y entro a una habitación. ¿Qué se cree esa escoria? No sé quién le dio derecho de venir a hablarme sobre mi mente.

Aunque debía aceptar que no se equivocaba con respecto a mis recuerdos, eso no significaba que algo fuera a pasar en el viaje si no los recuperaba, ¿O sí?

―Pero que tontería, sus palabras no significan nada. ―fui hasta mi espejo y me miré mientras cepillaba mi cabello. ―Esa tonta cree que tiene el poder de la clarividencia. ―Aunque tal vez no es mala idea eso de llenar los huecos. ―Pero ¿cómo lo haría?

Pensativa fui hacia el living y noté que Damon miraba la televisión. Si había alguien que podría ayudarme era él. Y aunque mi padre sabía más de mi historia de vida, lo mejor era no meterlo en esto. Así que me acerqué a mi amigo y me senté a su lado.

― ¿Quieres uno? ―Me ofreció de la bolsa de cheetos que comía.

―No, gracias. ―suspire y lo mire. ―Damon, ¿tú y yo, hace cuánto nos conocemos? ―

―Uff... ―bufó y sonrió. ―No lo sé, hace dos o trecientos años, ha pasado tanto tiempo que ya perdí la cuenta. ―

― ¿Puedes recordarme donde nos conocimos? ―

―En un baile en Versalles, en honor a tu Rey apestoso favorito. ― Me reí y cerré los ojos tratando de que las imágenes de ese día vinieran a mi cabeza. ―Me acerque a ti con ánimos de coquetear y tú me mandaste al carajo. ―

―Mmmm...Yo no te mande al carajo. ―Lo mire― El que lo hizo fue... Mmmm, creo que... ¿Mi padre? ―

―Bueno. ―se aclaró la garganta algo nervioso. ―Ya te dije que ha pasado tanto tiempo que no recuerdo con exactitud que sucedió. ―

― ¿Me consideras tu amiga? ―

―La mejor... ¿a qué se debe esa pregunta, Evie? ―

Mire en dirección a las habitaciones y luego lo mire a él.

―Salgamos de aquí, vamos a dar un paseo, como en los viejos tiempos― me levanté del sillón y le ofrecí la mano.

― ¿Consideraste mi idea sobre ir a cazar? ―sonrió emocionado y se levantó tomando mi mano. Sonreí y nos hizo desaparecer de casa.

Un segundo después nos encontrábamos en Central Park, ya era tarde, así que la oscuridad fue nuestra aliada para no llamar la atención de los pocos humanos que transitaban las calles.

― ¿Uno para cada uno? ¿O prefieres compartir? ―dijo Damon mientras miraba con detenimiento a los que consideraba su presa.

―Antes de hacerlo, quiero que hablemos, Damon. ―lo mire seria. ―Es importante―

―Algo me dice que esto no me va a gustar, pero te escucho― Lo lleve hacia donde pudiéramos sentarnos y lo mire.

―Técnicamente eres la única persona en la que puedo confiar y espero que no me defraudes. ―suspire lista para decir y saber todo. ―Sé que algo está pasándome con Nicholas, creo que él está involucrado en el pasado que no puedo recordar...―

―Alto, alto... Evie, yo no sé nada de eso. ―

―Trecientos años de conocernos es bastante tiempo, Damon, y aunque no les había dado importancia hasta ahora, hay partes en mi pasado que no son del todo claras ―lo miraba esperando alguna reacción. ―La muerte de mi madre, por ejemplo, ¿Qué paso exactamente? ―

―Tal vez es una pregunta que debes hacerle a tu padre. ―

―Él no me hablará con la verdad y lo sabes, tú en cambio, estuviste ahí y puedes decirme cómo ocurrieron las cosas. ―

― ¿Por qué ese repentino interés en el tema de tu madre? ―

―Porque antes de ese día, los recuerdos son borrosos, además desde entonces no había tenido esos lapsos de pérdida de conciencia que ahora se están haciendo costumbre, de hecho, creo que cuando murió, fue la primera vez que me desmaye―

―Genevieve. ―suspiro y me miro. ―No hay mucho que yo pueda decirte de tu vida antes de ese día, tu y yo teníamos solo un par de años de conocernos...―Damon miro hacia otro lado y note que su expresión se oscureció. ―Pero te diré todo lo que quieras saber sobre cómo murió Akasha. ―

 ―

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Antiguo AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora