¿Sueños o Realidad?

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Narra Nick:

Caí rendido en mi cama en cuanto llegamos a casa, ni siquiera le hice preguntas a Joseph sobre la hermana de Genevieve, sabía que él también estaba cansando, no tenía el mejor semblante.

Así que ni bien me acosté, me quedé dormido y fue como si me hubiera teletransportado a otro lugar.

De repente me encontraba jugando tenis en un lugar espacioso y alrededor de la cancha, hombres y mujeres observaban el juego, apostando y preguntándose quien ganaría, aunque algo dentro de mi sabia la respuesta.

Ambos equipos estaban compuestos por dos hombres, mire a mi costado y el tipo alto sonrió victorioso cuando anoto un punto extra a nuestro favor.

― ¿Vieron eso? ― grito.

―Bien hecho, su majestad. ― respondí.

―Sigue así, mi amigo. ― cambiamos lugares y al hacerlo, pude ver a una joven y hermosa doncella.

El juego continuo e hice una movida que me hizo anotar un punto más.

―15 a 0. ―el hombre que llevaba la cuenta, sabía que hacerlo estaba de más ya que era el equipo del rey el que resultaría vencedor.

―Creo que ganamos, Thomas. ― dijo el rey con su tono de gloria.

―Su majestad sabe bien que lo dejamos ganar― el contrincante sonrió.

Los espectadores aplaudían alrededor de nosotros, mientras el juego seguía.

―Ahí hay alguien a quien debo conocer ―le dije a mi compañero mientras observaba la pelota, listo para golpearla con mi raqueta. ―Está en el centro, la del vestido verde. ― tras un golpe a la pelota, la mire de nuevo. ―Debes ver ese rostro virginal. ―

― ¿Quién es? ―el rey la busco rápidamente con la mirada al tiempo que nos conseguía un punto más.

―Es la nueva dama de su majestad, Catalina. ― me acerqué a él y solo recibí una carcajada a cambio.

―Estoy seguro de que mi esposa te la presentara sin problemas. ―me abrazo en complicidad.

―Creo que prefiero presentarme solo, sin intermediarios. ―

―Tienes mi bendición ―me soltó entre risas y continuamos el juego.


Narra Evie:

Me revolví en la cama, el dolor de cabeza era intenso, pero algo no me permitía despertar, de repente una oleada de imágenes inundo mi mente, ¿estaba soñando? No, conocía el lugar, había estado ahí hace mucho tiempo...

―Genevieve, debes saber que un amigo de Henry no te quita los ojos de encima desde que entramos a la habitación―dijo la reina con cierto tono burlesco.

― ¿En serio? No sé... mmm ¿eso es malo? ―la mire confundida.

―Para nada, no te preocupes... Ven, vamos a sentarnos. ―

Asentí, y seguí a su majestad hasta la mesa principal, donde solo los reyes y sus allegados podrían sentarse. Trate de ignorar el sentimiento, pero podía sentir la mirada de alguien sobre mí, ¿será el amigo del rey?

Levante la vista y observe con detenimiento cada parte del salón, había muchas personas y, aun así, fue como si estuviese vacío cuando su mirada y la mía se encontraron por primera vez...

Antiguo AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora