Antiguo Amor

Revelaciones

Narra Nick:

Espere a que Evie saliera del instituto, quería despedirme de ella antes de ir a cumplir mi asunto con Priyanka. Aun no sabía que iba a decirle, no existe una buena manera de terminar una relación.

Realmente no quería herir a una mujer como Priyanka, ella merece a alguien que pueda corresponderle su amor, que la apoye en sus proyectos y que, sobre todo, la haga feliz. Y yo no era esa persona.

―Está muy pensativo, profesor Loughty. ―el aliento de Genevieve acaricio mi oído. No me di cuenta a qué hora se acercó.

―Hay muchas cosas en mi cabeza, profesora Von Kleist. ―la mire de costado y nuestros labios se rozaron.

―Descuida, no hay nadie cerca. ―me beso con suavidad. ―Creo que hablare con el director para cambiar la política de no relaciones entre profesores. ―

―Esa me parece una gran idea. ―la coloque frente a mí y la abrace por la cintura. ― ¿Quieres que te lleve a casa de Damon? ―

―No, debo pasar al hospital por un encargo. ―

― ¿Por sangre? ―ella asintió. ―Sabes que puedes alimentarte de mí, me gusta que lo hagas. ―apreté su cintura.

―Lo sé, pero me termine parte de la reserva de Damon. ―volvió a besarme. ―Te siento nervioso, ¿estás seguro de querer hacer eso hoy? ―

―Sí, quiero estar contigo sin sentir que engaño a alguien. ―me sonrió.

―En ese caso, ve... Llámame más tarde si quieres que vaya a tu apartamento. ―

―Lo hare. ―nos dimos un beso rápido. ―Te amo. ―sonrío.

―Te amo, Nicholas. ―

Fui a mi auto y en cuanto lo eché a andar, Genevieve desapareció de mi vista. Debe ser genial tener todos esos poderes sobrenaturales.

Conduje hacia el apartamento de Priyanka mientras aun pensaba en las palabras que utilizaría. Antes, cuando era más joven, no me hubiera detenido a pensar en nada de esto, pero conforme maduras te das cuenta que las demás personas tienen sentimientos.

No tarde mucho en llegar con ella, me acerque a la puerta y aunque tengo una copia de la llave, creí que lo mejor en esta circunstancia era tocar el timbre.

―Llegaste, mi cielo. ―dijo ella en cuanto abrió la puerta. Se acercó para besarme, pero, sutilmente esquive sus labios. ―Mmmm, pasa. ―se apartó un poco y entre.

― ¿Cómo estás? ―me gire hacia ella, la mire y me di cuenta de que tenía una venda en la mano. ― ¿Qué te paso? ―a mi memoria vino la herida que tenía Damon el día anterior y que era atribuida a cosas de brujería.

― ¿Qué? ¿Esto? ―levanto la mano y corrió un poco la venda. ― Es una quemadura, en un momento de torpeza, agarre el rizador de cabello y estaba caliente. ―

―Oh, ¿pero estas bien? ―

―Sí, cariño, ¿y tú? Te noto... distante. ―

La mire fijamente, no podía seguir alargando la situación, y lo mejor era decir las cosas de una. Hacerlo como cuando te quitas un curita, rápido y con el mínimo de dolor.

―Tenemos que hablar, Pri. ―fui hasta el sillón más cercano y me senté.

―Oh no, esa frase. ―se acercó a mí y se sentó a mi lado.

―Escucha, eres una mujer increíble... ―

―Para, para... ¿En serio vas a dejar, Nicholas? ―se levantó de golpe. ― ¿Y vas a hacerlo diciendo que soy increíble? ―