Por un Bien Mayor

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Narra Evie:

―Si me hablas con sinceridad, no te pediré nada más. ―

―Bien, en primera... tu madre estaba demente. ―Soltó de repente, se rió y me miro. ―Pero eso ya lo sabias, su hambre de poder y sangre la tenían trastornada. ―

―Sí, consideraba a los humanos simple alimento. ―añadí.

― ¿Y no lo son? ―la mirada cínica de Damon bajo un poco la tensión del momento. ―Bueno como sea, recuerdo que cuando nos conocimos, tu padre ya había decidido alejarse de ella. ―

―Si es verdad ―dije recordando. ―Ahora no huíamos de humanos que querían asesinarnos, huíamos de mi madre que quería asesinarnos, porque además de todo, él ya estaba con Katherine. ―

―Aja, de hecho, Lestat, había estado "reclutando" vampiros que pudieran protegerlas a ti y a Katherine en caso de que él no estuviera cerca. ―

―Entre esos reclutas estabas tú. ―miré el rostro de mi amigo y supe que, a pesar de ser una mala influencia, mi padre había elegido a un hombre fuerte capaz de todo por cuidar a los que le importaban, aunque la lista fuera muy, muy corta.

―Todo había estado muy bien durando unos años, nos movíamos de país con frecuencia para que Akasha no pudiera encontrarnos y no había señales de ella. ―

― ¿Hasta qué...? ―

―Mmmm...― Damon se movió en el asiento, parecía buscar palabras en su cabeza o incluso recuerdos. ―Fuimos a Salzburg, aunque a tu padre no le gustaba la idea de estar ahí porque sabía que era uno de los sitios en los que tu madre podría encontrarlos fácilmente. ―

―No recuerdo eso. ―sentí una leve punzada en la cabeza, pero decidí ignorarla, estaba obteniendo respuestas y no podía dejar que una crisis me detuviera. ― ¿Por qué fuimos a Salzburg si era riesgoso? ―

―Por ti. ―

― ¿Por mí? ― el dolor se intensifico.

― ¿Te sientes bien? ―Damon pareció notar mi dolencia. ―Es mejor que ya no sigamos con esto y vayamos a casa. ―

―No, sigue hablando, estoy bien. ―apreté los ojos para mitigar el dolor. ―Dime, ¿Qué necesitaba yo de Salzburg? ―

―Tanto como "necesitar", pues no, pero fuimos porque... había un evento de... algo y tu querías estar ahí, tu padre no hizo más que complacerte. ―

― ¿Qué paso después? ―

―No sé cómo explicarlo con palabras, es mejor que lo veas tu misma. ―me miro serio. ―Trata de entrar a mi cabeza. ―tomó mi mano.

―No puedo hacerlo, Damon, no me he alimentado como se debe y mis poderes están limitados. ―

―Entonces, ni hablar. ―dijo en todo de alivio. ―Volvamos a casa. ―se puso de pie, trataba de salir de esto, pero no iba a permitírselo.

― ¡Para ahí! Hay una forma de solucionarlo. ―

Me levante y observe a mi alrededor en busca de alguien para alimentarme. Todo lucia tan solitario; pero entonces la vi, una chica que iba corriendo por el parque con su pequeño perro, no tarde mucho en abordarla, porque necesitaba ser rápida y silenciosa. La tome por el cuello y la arrastre hacia una parte oscura, donde los arboles me ayudarían a cubrir mis actos.

La chica grito y yo la hice callar, su perro trato de atacarme, pero Damon fue más rápido y lo alejo de mí. Sin perder más tiempo, hundí mis colmillos en el frágil cuello de la muchacha y sentí el ardor de la sangre caliente bajar por mi garganta.

Había pasado mucho tiempo desde el suceso con el conserje de la escuela, en definitiva, no era lo mismo alimentarse de donaciones. La triste diferencia que habría ahora, es que debía acabar con la vida de la chica si deseaba fortalecer mis poderes. Esto me traerá problemas, pero no importa, necesito hacerlo si quiero saber que paso ese día en Salzburg.

Cuando el cuerpo debajo de mi comenzó a moverse con debilidad supe que el momento se acercaba. Hundí mis colmillos con más fuerza hasta que los sentí rozar con su tráquea y bebí con mayor avidez.

Poco después termine con mi trabajo, mire el cuerpo sin vida de la chica y sentí que Damon me observaba expectante. Entonces la destroce, haría lo que hacía siempre para evitar alguna sospecha, desgarre su cuerpo para que pareciera un ataque animal.

― Vámonos de aquí. ―me acerque a Damon mientras me limpiaba los rastros de sangre de la cara.

―Dime una cosa, Evie, ¿Qué animal supones que hizo esto en medio de Central Park? ― ¡Se estaba burlando de mí!

―Qué se yo... un mapache. ―

―Ajá...cuando la encuentren van a pensar que Jack el destripador está en la ciudad. ―

―Perfecto, tú tienes experiencia con el caso. ―lo agarre del brazo. ―Vámonos antes de que alguien nos vea. ―nos hice desaparecer, en definitiva, mis poderes estaban latentes, por lo menos la vida que arrebate estaba cumpliendo con su deber.

Aparecimos en un motel a las afueras de la ciudad, necesitaba lavarme y ese lugar era el indicado. Pedimos una habitación, y después de quitarme cualquier rastro de sangre del cuerpo, fui hasta Damon, que estaba acostado en la cama.

―Es el lugar más sucio y feo al que me has llevado, pensé que lo que teníamos era especial. ―se río.

―Basta, terminemos con esto, ¿quieres? ―

― ¿Ves? Solo me utilizas. ―

― ¿Vas a dejarme entrar en tu cabeza o no? ―

―Que afán el tuyo, solo quería bajar la tensión. ―

―Si no tuviera afán no habría asesinado a esa chica. ―le dije enojada, aunque una parte de mi estaba más que satisfecha por haberlo hecho.

―Vale ya, entra en mi cabeza y terminemos con esto. ―se acomodó en la cama. Me acerque a él y cuando iba a tomar su mano él la alejo. ―Espera, ¿estas realmente segura de querer saber? ―

― ¡Damon! ―

―De acuerdo, quería asegurarme. ―cerro los ojos.

―Más vale que no me hagas ver alguna de tus orgías salvajes. ―tome su mano.

―Apuesto a que te divertirías. ―se río.

―Hagamos esto. ―Me concentre y las imágenes no se hicieron esperar. 

 

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