🌙Capítulo 2: Un nuevo día con los amigos

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La leono ne estas tiel, kiel ili pentras ĝin.

Un año después (1996)

Kaden

Me desperté al escuchar el sonido de mi insistente despertador. Todavía tenía los ojos cerrados, cuando lo busqué en el pequeño mueble que tenía al lado de mi cama y lo apagué. Di un bostezo y me senté en la cama, quedando mis pies flotando a un centímetro del piso.

Los rayos del sol empezaron a entrar por la ventana, iluminando mi habitación; calentando la piel de mi rostro, brazos y piernas. Parpadeé varias veces hasta que mis ojos al fin se pudieron enfocar bien. Extendí mi brazo hacia la pequeña grabadora que también estaba en ese mueble y encendí la radio.

"Voy a pasármelo bien" de Hombres G se escuchó en toda la habitación. De un salto me levanté de mi cama, estirando mis brazos y alzando las comisuras de mi boca para formar una gran sonrisa. Entonces, me dirigí al baño, haciendo unos pasos de baile ridículos, pero a la vez divertidos.

Una vez que me di una ducha y lavé mis dientes, busqué en mi guardarropa que ponerme. Cuando me decidí, me puse unos jeans azules claros —a los que le hice un dobladillo—, una playera manga larga, holgada de rayas color amarillo y azul; calcetas color azul marino y mis tenis blancos de la buena suerte.

Tarareando una canción de Héroes del Silencio que salió también en la radio, peiné mi cabello pelirrojo de alguna forma que me gustara. Cuando terminé, me detuve a contemplar mis ojos cafés y mi rostro en general.

Si bien es cierto que no soy un chico atractivo que toda chica desea tener...soy normal. Ni guapo ni feo. Realmente me importa poco eso. Me gusta como soy, como me veo y eso es más que suficiente para mí.Después de todo, siempre he pensado que lo único que importa en una persona es lo de adentro, no lo de afuera.

Dándome una última mirada en el espejo, me regalé una sonrisa, y con todas las energías del mundo, como si hubiera consumido mucho azúcar, le doy la bienvenida a un nuevo día y me dirigí a la universidad para tener mi primera clase.

***

—Chicos, si yo les contara lo que me pasó hoy — nos dijo Violeta, mi mejor amiga desde la infancia.— ¡Qué vergüenza! Es que yo creo que nadie puede tener tanta mala suerte como yo.

—¿Por qué lo dices? — tanto Irán (una amiga que Violeta hizo en una de sus clases de Derecho) como yo dijimos al unísono.

Los tres nos encontramos en las grandes áreas verdes que hay entre la facultad de Derecho, Administración y Contaduría. Estábamos acostados en el pasto verde, viendo como las hojas cafés del árbol que estaba un lado de nosotros, caían ante el viento.

Era miércoles, el día en que los tres salimos temprano de nuestras clases. Por lo que nos gusta venir a esta parte de la universidad y platicar.

—Bueno, ustedes saben que hoy fui a almorzar con Marcel.

Sip, fuiste con el chico de Medicina que esta jodidamente bueno y que hace tiempo te tira la onda— puntualizó Irán.

—Exacto, fuimos a la cafetería de su facultad, ambos compramos un sándwich y una malteada; y nos sentamos en una de las mesas que había ahí. Como ya les he contado, él saca temas de conversación muy interesantes, por lo que empezamos a tener una plática amena. Entonces pasó...— soltó un suspiro y prosiguió. — Mientras le daba un sorbo a mi malteada de fresa, me di cuenta que entre los chicos que estaban haciendo fila para comprar algo, se encontraba Alberto.

—Nooo— al escuchar ese nombre, me levanté del suelo y me senté cruzando mis piernas. Esta historia se estaba poniendo muy interesante.— No sabía que estudiaba aquí.

Mi Jefe Es Un Brujo (Gay) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora