🌙Extra 15: (2/2)

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=Segunda parte=

Kaden

—Estás todo sudado— le comenté medio riéndome mientras le daba varios besos en su pecho desnudo siendo mi cuerpo el que estaba acostado encima del suyo. —Te ves muy guapo.

Acarició mi frente haciendo a un lado mi cabello sudado para ver mejor mi rostro. — Tú tampoco te ves mal.

Me dio un beso en la frente.

—¿Estás cansado? — le pregunté.

—No.

—¿Te gustaría ir a la pequeña alberca para ver las estrellas? — le sugerí. La cabaña tiene su propia alberca afuera y aunque el agua no era caliente, desde que la vi me dieron ganas de sumergirme en ella mientras contemplaba el cielo y escuchaba los pájaros en los árboles o nada.— Creo que se ven muy bien desde ahí.

—Vamos.

Entonces, me levanté y sentí mis piernas temblar un poco. Ambos ya nos habíamos limpiado así como cambiado las sábanas por lo que solo nos pusimos nuestros trajes de baño; y asegurándonos de que Nathan siguiera durmiendo plácidamente, abrí la ventana corrediza que había casi a la esquina del lado derecho de la habitación y ambos salimos ya que ahí estaba la alberca.

Una vez que mi cuerpo estuvo sumergido en el agua, solté una exclamación al darme cuenta de que estaba muy fría.

Había olvidado que faltaba poco para que fuera octubre y el invierno ya estaba por venir.

— Creo que esto fue una mala idea— le dije mientras mis dientes temblaban. — ¿Por qué pensé que no estaría tan fría?

Él se acercó a mí y me abrazó. Por lo que sentí su piel caliente, pero no solo eso, el agua de la alberca empezó a burbujear ya que él estaba utilizando su don para calentarla.

—El agua... ¿Ya se siente bien para ti? — me preguntó después de unos minutos.

—Sí... Gracias. — Le di una sonrisa algo avergonzado. — Y lo siento por las molestias.

—Kaden, ¿cuánto tiempo hemos estado juntos en una relación amorosa? y todavía a veces me tratas como si fuera tu jefe aún — alzó una ceja. — ¿Mi comportamiento cada vez es más parecido al de un anciano para que me trates con más respeto?

—¿Qué? No, no es eso. Es sólo que... A veces cuando te insisto a que hagamos algo juntos, soy el primero en arrepentirme porque me doy cuenta de que fue una pésima idea. — Hice un puchero. — Si no hubieras calentado el agua, puede que ya nos hubiera enfermado de gripe (aunque no creo que puedas contraer esa enfermedad porque eres un brujo) ¿Por qué siempre me sigues el juego aun si no es una buena idea?

—Porque tú lo quieres, además de que eres demasiado obstinado como para hacerte cambiar de opinión — había burla en su voz.

— Yo y mis defectos... — Fruncí el ceño.

— Está bien. Esa parte tuya también me gusta — acarició mi mejilla. — Y no importa si tienes ideas impulsivas, si por alguna razón algo sale mal, si sé que puedo manejarlo y protegerte, siempre apoyaré tus ideas aun si son descabelladas.

Acercó su rostro al mío y me besó con dulzura. — Así que admites que te casaste con un humano demente sin remedio. — Comenté con mofa mientras ponía mis manos alrededor de su cuello, y con la ayuda del agua, puse con facilidad mis piernas alrededor de su cintura.

—No lo diría así. Más bien con un humano valiente, decidido y muy atrevido. — Solté una pequeña carcajada ante su comentario y lo besé de nuevo. —Y tenías razón, se puede ver muy bien las estrellas desde aquí.

Mi Jefe Es Un Brujo (Gay) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora