Mi Jefe Es Un Brujo (Gay) ✔️

🌙Capítulo 11: Confundido

"Vi estas lumo kaj mi estas en la profundo de mallumo"

Kaden

Cuando sus labios hicieron contacto con los míos, mi respiración se detuvo por un momento, mi corazón se aceleró y cientos de abejas, mariposas o ambas, revolotearon en mi estómago. Entonces, de un momento a otro, mi molestia desapareció y olvidé porqué estábamos peleando en primer lugar.

Profundizó el beso, moviendo sus labios contra los míos con maestría, posesión y arrebatamiento mientras que su lengua danzaba con la mía. Cualquiera que nos viera, podría ver la rudeza y la pasión en que nos estábamos besando, a causa de la tensión sexual que de pronto se formó en el ambiente; sin embargo, lo único que yo veía era una esperanza de que algo que creía imposible fuera posible.

Él sentía algo por mí.

Rompimos el beso a la falta de oxígeno. Nuestras respiraciones estaban aceleradas, nuestros labios hinchados y nosotros no podíamos dejar de vernos el uno al otro.

No esperé a que él volviera a juntar nuestros labios, de manera que yo fui quien puso mis manos en su cuello y lo atraje hacia mí para volver a besarlo. Me correspondió incluso con más ahínco que antes, mordiendo mis labios en el proceso.

Sin recordar muy bien cómo, ambos caminamos sin dejar de besarnos en un pasillo (que se forma en medio de dos estantes), hasta que mi espalda chocó con la pared.

Separé mis labios de él, y fui consciente de la mirada llena de lujuria que me estaba dando. A este punto, yo también estaba muy excitado por lo que si él no hubiera estado tan entretenido en ver mis labios, se hubiera dado cuenta de mi evidente erección.

Tragué saliva y sin utilizar para nada mi raciocinio; ante su mirada, me quité mi sudadera y mi playera de U2, exponiendo mi pecho desnudo. Con mis mejillas sonrojadas y mordiendo mi labio inferior, lo vi directamente a los ojos.

Recorrió con su mirada mi cuerpo. —Vi frenezigas min— susurró, no obstante, yo no escuché bien lo que dijo.

Entonces, con rapidez se quitó su chaqueta seguido por su playera negra, dejándome admirar los músculos de su abdomen.

Recargó su frente con la mía y con ambas manos sostuvo mi cadera. Volvimos a besarnos mientras que mis manos acariciaban lentamente su abdomen, ascendiendo directamente a su espalda.

Sus manos bajaron a mi trasero y sin que lo esperara, me cargó tan fácilmente provocando que enrollara su cadera con mis piernas, sin miedo a caerme porque él me estaba sosteniendo de la cintura.

Jadeé al sentirlo duro.

Sus besos fueron directo a mi cuello y pecho, provocando que mi boca soltara suspiros y pequeños gemidos mientras que mis manos acariciaban su cabello.

Habíamos llevado esto muy lejos. Sabía que no era apropiado hacer esto en el trabajo, pero me importaba muy poco. Solo me dejaba llevar por lo que él me estaba haciendo y por mis sentimientos.

Es por eso que en un momento, perdido en el placer que sentía, le susurré en el oído. — Me gustas...

Esas simples y sinceras palabras hicieron que se tensara y de golpe, dejara de besar mi piel.

—No digas eso— su voz era fría.

Entonces, me bajó de su cadera, se alejó de mí, recogió su playera y se la puso. Sin mirarme a los ojos.

Tragué saliva y lentamente yo también me vestí, muy desconcertado de lo que acababa de pasar.

Realmente no iba decirle sobre lo que sentía por él, me salieron las palabras sin pensarlo, no obstante, supe que era momento de decírselo. Aunque eso significaba poner más en juego mi trabajo, mi relación con él (empleado-jefe) y mis sentimientos de lo que ya estaban.