🌙Capítulo 36: Verte de nuevo

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"Mi restu kun vi ĝis la fino"

Kaden

Sentí un escalofrío en todo mi cuerpo, provocando que temblara por unos segundos para después estornudar.

— ¿Tienes frío?— me preguntó Alex, para después ofrecerme la bufanda que tenía en el cuello. — Ten, utilízala.

—Estoy bien, pasará— puse mis manos en los bolsillos del abrigo gris que tenía puesto. — ¿Sabes? El hecho de que ahora sufra escalofríos sin ninguna razón aparente, al punto de que tenga que salir utilizando un suéter más un abrigo. Siendo hoy uno de los días más calurosos del verano, no significa que tú también debes seguirme la corriente. La gente nos ve mal. Deben creer que somos raros.

Habíamos decidido dar un paseo por el parque que está cerca del área del bosque que hay en la ciudad, con el fin de que tomara aire fresco después de estar casi por una semana encerrado. Deprimiéndome por un año más de la muerte de mis padres.

— ¿Y qué si nos creen unos lunáticos extraños? — Pasó su brazo alrededor de mi cuello. Entonces alzó una ceja sonriendo con burla. — No están del todo equivocados ¿no lo crees?

Sonreí. — Supongo que tienes razón.

—Por supuesto que la tengo. — Me miró con superioridad mientras que yo negaba con la cabeza.

Caminamos por un momento en silencio hasta que volvió a hablar. — Lo he pensado y he decidido darme de baja temporal en mi trabajo.

—¿Qué?— dejé de caminar y volteé a verlo desconcertado. — ¿Por qué?

Quitó su brazo que estaba alrededor de mi cuello y se puso enfrente de mí.

Me voy a ir contigo a Voidod — lo miré completamente sorprendido,— ya que pasarás los últimos meses de vida con la gente que te cuidó y se preocupa por ti. Iré hasta allá para cuidar de ti.

Cuando empecé a vivir en Silence Moon, fue más de un año después que me aventuré a visitar a Violeta y su familia; así como decirles dónde vivía realmente ahora. Fue extraño para ellos escuchar sobre Silence Moon porque a pesar de no ser tan grande el país, hay varias ciudades que desconocen siendo sólo el estado en general lo que saben. Algo que a cualquier persona le pasa.

Además de que la Presidencia de Silence Moon hace lo posible para no llamar mucho la atención.

Después de eso, sólo en Navidad los visitaba y constantemente les llamaba por teléfono. Jamás les conté sobre mi "enfermedad" y tampoco que mis días estaban contados, porque no quería preocuparlos y que sintieran compasión y lástima por mí. De manera que al ser ya sólo dos meses de vida los que me quedaban, era momento que lo supieran.

Sé que fui egoísta y desconsiderado en no decirlo desde que los volví a ver, porque una vez que vean mi cuerpo desnutrido y mi aspecto demacrado, se van a asustar. Y cuando sepan que moriré... No quiero imaginarme todavía su reacción.

Aun así, había decidido volver a Voidod, especialmente al lugar donde nací y crecí. Era lo único que deseaba antes de morir y reunirme con mis padres y mi abuela: vivir donde tuve tantos buenos recuerdos con las personas que fueron y  las que considero parte de mi familia.

Lo había decidido, iba a volver la siguiente semana. Se lo había dicho a Alexandre el día que me llevó ramen. No dijo nada porque no había nada que decir, pero no esperaba que me dijera que se iría a mi ciudad natal a estar conmigo hasta mi muerte.

Lo miré como si le hubiera salido otra cabeza. ¿Qué estaba diciendo?

—¡¿Estás loco?! — lo regañé. — ¿Por qué quieres hacer eso? ¿Es que no recuerdas que hace poco te ascendieron a un puesto importante por el que trabajaste tanto? Si pides esa baja temporal, perderás credibilidad como profesional. Además, de que a diario llega una persona o ser al hospital que necesita de ti — negué con la cabeza.— No, no harás eso. Agradezco que quieras cuidarme, pero estoy seguro que la familia Bravo sabrá cuidar de mí si lo necesito. Con que vayas a mi funeral es suficiente para mí.

Mi Jefe Es Un Brujo (Gay) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora