Mi Jefe Es Un Brujo (Gay) ✔️

🌙Capítulo especial- "La primera vez que me enamoré"

Kaden

Cuando iba en la preparatoria, a veces tenía la angustia de tener seco el corazón; y es que por más que lo intentaba... A mis 16 años, no había logrado todavía enamorarme de ninguna mujer.

Para mi yo adolescente, eso en cierta forma me disgustaba porque me sentía anormal y que algo estaba mal conmigo, pero sobretodo, era vergonzoso porque todos mis compañeros de clase ya habían tenido su primer flechazo. Sin importar si ya habían tenido novia o no.

Aun así, no perdía la fe de que llegaría el día en que me enamoraría de una.

Entonces, esa tarde pasó.

Al ser una persona que siempre ha sido amable, sociable y siempre ayuda a los demás cuando puede. Era muy normal que algunos de mis compañeros de clase con los que tenía buena relación, me invitaran a jugar básquetbol, ir a las maquinitas o ir al cine en grupo de vez en cuando. Por lo que no fue raro para mí, que esa vez el jefe de mi grupo me invitara junto con otros chicos a ver algo "interesante".

En ese momento, no entendí a qué se refería exactamente con algo interesante hasta que estuvimos en su cuarto...

Porno.

El jefe de grupo tenía porno.

Nos contó que su hermano mayor había comprado una película porno y al ser un hermano muy cool, se la prestó. De modo que quería que la viéramos juntos para que dejáramos de ser unos ignorantes y supiéramos cómo eran ese tipo de películas y poder alardear de ello en la hora del receso.

No estaba muy de acuerdo de ver ese tipo de cosas, aun así no quise acobardarme y me senté en el piso obedientemente como otros compañeros mientras recargaba mi espalda en la cama y el jefe de grupo ponía la película en el DVD.

Tan pronto como inició la película, no tardamos mucho en ver una mujer hermosa sin blusa ni sostén, teniendo puesto sólo una mini falda color gris y unos lentes, siendo supuestamente "una maestra" quien se dejó seducir por un guapo y musculoso estudiante de preparatoria con quien termino teniendo sexo en el salón de clases.

Estas escenas por supuesto ocasionaron que todos mis compañeros se sintieran excitados, diciendo que les gustaría ser ellos quienes follaran bruscamente a esa sexy maestra de grandes senos, al punto de hacerla gemir tan ruidosamente mientras acariciaban sus muslos y nalgas.

En cuanto a mí...

Recuerdo que ese día me costó mucho fingir que pensaba como ellos, y que no me estaba muriendo de miedo por haber pensado por momento que yo hubiera querido ser esa mujer que tocaba el abdomen del hombre y se aferraba a su espalda, enterrando sus uñas en ella; mientras  gemía desesperadamente en el momento que se la metía fuertemente.

Al principio sólo negué ese deseo, pero después de ese día, empecé a tener sueños húmedos de ser follado por hombre cuyo rostro no era claro para mí. Fue luego de tener tanto miedo; de llorar porque me daba asco a mí mismo por no poder evitar masturbarme al imaginar ser penetrado por alguien de mi mismo sexo; y de negármelo varias veces, al fin llegué a la conclusión que me atraían los hombres.

Eso fue una revelación muy fuerte para mí. Por lo que los años restantes de preparatoria, me escondí muy bien en el closet, fingí muy bien ser alguien normal y si me preguntaban si tenía novia, les decía que sí , pero que vivía en otra ciudad (una completa mentira).

Cuando entré a la universidad fue cuando realmente me abrí con alguien para decirle que era homosexual, y ese alguien fue Chris.

Cuando lo conocí, nos caímos bien por lo que nos hicimos amigos, teniendo la suficiente confianza para que me dijera que era bisexual y que tenía un novio. La manera honesta y normal en que me confesó eso, fue suficiente para que yo también fuera honesto con él y confesarle que era gay, pero que todavía no estaba listo para dejar el clóset y mostrarme al mundo cómo soy. En especial a Violeta, mi mejor amiga.