Mi Jefe Es Un Brujo (Gay) ✔️

🌙Capítulo 39: Lo siento

"Ni reinu koni unu la alian denove"

Kaden

—Y ¡listo! — me dijo Cori al terminar de cortar de mi cabello, sin necesidad de utilizar magia.

No sabía que tenía esa habilidad, y sinceramente tenía miedo de que dejara mi cabello en mal estado cuando acepté que me lo cortara, ya que insistió mucho por hacerlo. No obstante, una vez que me vi en el espejo del baño, supe que fue buena idea confiar en ella. Mi cabello volvía a estar corto, con mi flequillo lo suficientemente largo para llegar abajo de mis cejas y si yo quisiera, poder recogérmelo con un pasador.

—Gracias, Cori. ¡Eres la mejor! — le sonreí para después abrazarla.

—Te ves muy bien ¿verdad?

—¡Me encantó!

Cuando salí del baño para volver a la cama hospitalaria, Alex estaba ahí, esperando en el sillón. De manera que cuando me vio, soltó un chiflido.

— Vaya ¡qué diferencia! Te juro que si seguías con el cabello largo, en un momento iba a pensar que te habías convertido en una mujer—se mofó y se acercó a mí mientras yo lo veía mal. En serio, a veces no sé cómo es que se convirtió en mi mejor amigo, si me hace enojar fácilmente. — Ahora sí te ves muy bien, por lo que estoy seguro que Gohan hablará contigo, sin duda.

Frotó su mano en mi cabello, pero con el ceño todavía fruncido, la quité de mí. — ¿Qué dices? Incluso si hubiera dejado crecer mi cabello hasta la cintura, o ponerme sombra abajo de mis párpados como los punks, me hubiera dicho que me veía lindo. —Me crucé de brazos y al recordar la realidad de cosas, el dolor volvió a mi pecho— Bueno... Eso lo hubiera dicho antes, cuando todavía me quería.

—¿Por qué lo dices en pasado, Kaden? — me preguntó Cori al salir del baño con las tijeras en la mano. — Él aún te quiere, estoy segura.

—Pero...

—Ya sé, no hubo una buena conversación esa madrugada y yo tampoco lo entiendo. Ojalá pudiera decirte qué es lo que pasa en su mente, pero desde que se enteró del trato, no ha querido hablar mucho del asunto.

No era mi intención que Cori o Alexandre se enteraran sobre lo que pasó esa madrugada, pero al no poder ocultar mi tristeza al día siguiente, me obligaron a contarles lo que había pasado.

—Da igual — expresé mientras me sentaba en la cama hospitalaria y abrazaba mis piernas. — Ha pasado una semana desde eso, y no ha aparecido por aquí ninguna vez— solté un suspiro y sin evitarlo, mis ojos se llenaron de lágrimas.

—Ah... Ese cabrón — expresó mi amiga rubia.— Ĉiun fikan nokton li venas ĉi tien por prizorgi vin dum vi dormas, sed li ne havas la pilkojn por montri sin kiam vi vekiĝas. — Algo que aprendí de ella es que cuando está enojada, empieza a hablar en su idioma nativo.

—Iru ke vi koleras ... Vi devas trankviliĝi— le dijo Alex alzando una ceja.

— Mi simple ne povas kredi, ke ŝi ekhavas tian stultan sintenon. ¡Ĝi nur kaŭzas, ke Kaden vundiĝas!

—Eeh... Chicos— ambos voltearon a verme. — ¿Podrían hablar en un idioma que yo entienda? Sinceramente lo único que entendí fue mi nombre. —Sonreí con un poco de vergüenza.

—Lo siento, me dejé llevar por el enojo —se disculpó Cori.

—Si lo que dices es cierto — Alex le dijo a ella. — Entonces no todo está perdido entre ellos.

—¿Qué?

Se acercó a mí.

— Quieres hablar con él ¿no?