Respuestas

143 11 9
                                    

Al abrir el folder de extremo a extremo salieron unas fotos quedando a la vista de todo público, Alucard se había quedado sin palabra alguna, las fotos eran algo para sorprenderse, por fin todas las respuestas se mostraban ante él, pero lo malo en todo esto es que ni siquiera sabía cómo reaccionar, se encontraba en shock, por primera vez el rey del infierno, aquel que había visto de todo y había hecho de todo estaba sin palabras, por primera vez un sudor frío había recorrido toda su columna, por primera vez en cientos de años su corazón se había destrozado...
Había varias  fotos que por fin callaría las cientos de dudas que gritaban en la cabeza de ese vampiro.

Lo que veían no podían creerlo, eran al menos unas seis fotos sobre un crimen y en ellas se narraba una historia bastante triste. Sin dudarlo la dama de hierro las tomó y sus dos caballeros se colocaron a sus lados para poder ver mejor; la primera imagen mostraba unas marcas similares a las huellas que deja un lobo al pisar, la segunda y tercera mostraban enormes charcos de sangre, la cuarta contenía imágenes de ropa desgarrada, la quinta no era ni más ni menos que el cadáver de varios lobos destrozados, quizá eran al rededor de unos 5 o 6 y la sexta imagen... La peor de todas los dejó atónitos, se veía sólo un cuerpo, no se veía completo pero este mostraba las piernas y un poco de los brazos, las enormes heridas, los ropajes y la cadena se encontraban ahí, tirados, manchados en sangre... Todo ya sin vida.

Levantó una de sus palmas, haciendo un pequeño gesto que indicaba el acercamiento de su joven y encantadora subordinada, la cual alzó por encima de la mesa un maletín muy pequeño de cuero color café ocre, este lo sacó de un cajón del escritorio, lo colocó en la mesa y lo abrió ante los ojos espectantes de los invitados. En este se encontraban ocho pequeños tubos de cristal, iguales a los tubos de ensayo, perfectamente tapados por un corcho de madera, todos ellos tenían pequeñas etiquetas con su respectiva muestra. Antes de que cualquier otro si quiera pronunciará una sola palabra o sonido, el hombre continuó hablando ahora con un tono más apagado.

-Hemos encapsulado cada muestra de sangre de los seis lobos que atacaron a la señorita Victoria, de igual modo guardamos una muestra de sangre de ella y unas cuantas muestras pequeñas de su ropa y cabello para mantener el caso abierto y dar con los desgraciados que le hicieron esto... En estos últimos años hemos lidiado con innumerables casos de ataques de manadas, han habido demasiadas masacres tanto de personas humanas como vampiros, pero desgraciadamente cada vez que estamos a nada de obtener pistas o pruebas todo el clan licántropo es masacrado y volvemos a estar en ceros, jamás damos con el culpable - comentó aquello con ese tono de desconsuelo, una mirada apagada y un suspiro que culminaba su charla.

-Ella vino contigo... Yo la vi subir a tu auto, ¡Yo la vi jurarte lealtad! ¿Cómo pudiste dejar que eso le ocurriera? - El rey de la No-Vida estaba bastante exaltado y por su tono de voz parecía que en su interior ardía el mismo infierno siendo colapsado; con ambas palmas azotó fuermente el escritorio, su mirada demostraba toda su ira.

Esa actitud no era nada propia del vampiro, reaccionar así ante la noticia era algo sorprendente, pues pensar que un ser como él, que carecía de sentimientos se comportaba de esa manera por la muerte de uno más de sus aliados, era algo impresionante. Tanto que hasta la misma dama de hierro y el joven mayordomo de esta, quedaron totalmente boquiabiertos.
Hubieron al rededor de 15 a 20 segundos de total silencio, un silencio lúgubre, incómodo y bastante extraño, donde ni siquiera el reloj se hacía presente con su insesante Tic-Tac, parecía que el tiempo se había detenido por completo, creando una atmósfera totalmente distinta, hasta que por fin el caballero Dezu decidió cortarlo y continuar su charla pues debía entregar respuestas a todos ellos que deseaban una explicación.

-Si... Admito que yo estuve con ella, que le hice jurarme lealtad, que juré protegerla... Rompí mi promesa y eso es algo de lo que estoy sumamente arrepentid. -dejó escapar un suspiro y ese mirar taciturno no abandonaba su rostro. - Sin embargo una vez que llegamos aquí ella me dijo que se había arrepentido y que volvería a la Organización Hellsing, que quería estar al lado de los que eran su familia, sin importar el dolor que le causaba estar ahí. - la tristeza y incesante carraspéo que evitaban que su voz se cortase. - Así que decidió volver, personalmente le ofrecí más de una vez que mi chófer Alex la escoltase hasta la entrada de su organización, sin embargo en todas y cada una se negó, por más que insistía ella decidió irse... Acepto totalmente la culpa, cuando ocurrió lo sucedido nos enteramos a las pocas horas, pues el grupo de soldados que enviamos a escoltarla fueron totalmente masacrados, ni uno solo vivió para contar lo ocurrido. Quisiera decir que lo siento pero sé perfectamente que eso no devolverá a la chica, sin embargo puedo decir que no sabemos el porqué ella fue una víctima más de ese maldito clan, pensamos que por ser familiar del caballero Alucard, ni un solo lobo se atrevería a ponerle los ojos encima, sin embargo... Ya saben cual fue el triste y amargo resultado... - su voz ya no podía quebrarse más, se notaba que aguantaba el llanto y contar lo sucedido parecía partirle el alma en mil pedazos.

MIS DEMONIOS (AxS) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora