Quien Diría....

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Holiiii sensuales lectores.... 7u7... Ya me extrañaban io lo c :v.... Me caio para que puedan leer.
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Comenzó a sentirse una brisa de intenso frío mientras que aquel olor de la sangre terminaba por cubrir el aroma proporcionado por aquel ser, pudo notar que entre toda esa oscuridad y sombra se veían unos ojos color carmesí que brillaban con gran intensidad a la par que despectiva, apenas si intentó darle un vistazo pudo observar que se trataba de una bestia gigantesca de un color grisáceo que parecía estar bastante molesta, comenzó a gruñir con fiereza mostrando cada uno de sus enormes dientes iguales o un poco más grandes que un pulgar, el pelaje de la enorme bestia comenzó a erizarse mientras se abría paso entre los arbustos; parecía que venía acompañado por un par de lobos bastante jóvenes, se notaba que eran nuevos además de chicos pues su tamaño era menor al otro y por último se encontraban escondidos detrás de aquella bestia. Ambos lobeznos eran de una tonalidad marrón solo que uno de ellos tenía una mancha blanca en el pecho, sus pasos ligeros y temerosos era lo que más denotaba.
El conde se irguió ante la presencia del lobo mirándolo como solo él solía hacerlo: despectivo y frío mientras su sonrisa mostraba su parte diabólica y burlona.

-Pensé que la chica policía había controlado al último - comentó sarcástico y burlón, se paro airoso ante el lobo mostrando esa sonrisa maliciosa.

-Otro Cazador de mounstros... - musitó con molestia mostrando sus colmillos- Esta vez no se escapara- miró con desprecio y crueldad.

Espera... Dijo ¿Otro Cazador de mounstros? Eso terminaba de responder miles de preguntas, explicaba el porqué los cuerpos poseían grandes aberturas causadas por balas; mientras que los Vampiros habían perdido completamente la caja torácica, los humanos anteriormente ghouls, sin cabeza... Pero aún había una duda que quedaba al aire y sin respuesta: ¿El que hacían ahí los lobos? ¿Territorio? ¿Olor? ¿Cacería? ¿Entrenamiento? A decir verdad no había una respuesta obvia para eso, sin embargo Alucard no era de los que se quedaban con la duda.

-¿Y que hace un grupo de lobos en una escena del crimen? - comentó arrogante, mostrando su sonrisa sarcástica y maliciosa.

-El que hagamos no le incumbe a un vampiro - comentó con molestia aún erizando el pelaje.

-Claro que me incumbe puesto que ustedes son los únicos testigos que se encuentran en la escena y mis mis órdenes son el no dejar ir a nadie que se encuentre aquí - musitó burlón haciendo algunos ademanes - y más si son ordenes directas, no pienso fallarle a mi ama - sacó con lentitud sus armas como si diera una advertencia.

-Pues yo no pienso fallar la misión que nos dio el Alfa - gruñó con fiereza.

Un sonido muy leve que se Escuchaba desde la parte alta de los árboles, llamó la atención de los lobos más jóvenes sin embargo no podían identificar que era pues su aroma estaba camuflado por algunas plantas y flores cercanas.
Ni siquiera el Conde pudo identificar que es lo que provocaba el ruido así que optó por ignorarlo con la esperanza o mejor dicho la creencia de que fuese algún animal nocturno, continuo con su actitud y su displicencia hacia el lobo.

Una risa realmente macabra a pesar de ser fina y delicada como la risa de una niña, sin embargo el tono usado era un poco más adulto como aquel que podría entonar una señorita de veinte o veinticinco años, dulce, coqueto, seductor, pero sobretodo aterrador, era un tono burlón con un estilo similar al que usaba Alucard, solo que en este caso realmente te hacían helar la sangre y que un escalofrío recorriera tu cuerpo entero.

-¡Señor es la cazadora otra vez! - comentó uno de los lobeznos olfateando los alrededores.

La risa sonora de la joven se escuchaba entre los árboles, sin origen, sin fin; parecía estar en todos lados y a la vez en ninguno, debía admitir que la risa había causado una impresión bastante fuerte en el lobo como en el mismo Conde, mientras que los lobeznos se encontraban temerosos a pesar de que gruñian con gran insistencia. Las tres bestias miraron a los lados en busca de la supuesta cazadora, el aroma dulce a la par que embriagante comenzó a llenar el bosque completo, un cuervo bastante grande de un color negro y ojos completamente rojos, mientras que su plumaje se encontraba manchado de sangre y su pico al igual que sus patas llenas de residuos de carne empapada en sangre, su embergadura, majestuosa de la cual mostraba sus 160cm. Se encontraba parado en una de las ramas, mirando con atención a los cuatro ahí presentes, todos miraron al cuervo mientras esté graznaba con gran fuerza.

MIS DEMONIOS (AxS) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora