Un poco más, sólo un poco más

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Vamos chicos, que la fiesta será dentro de unas cuantas noches y esta mansión debe estar bien arreglada para entonces, así que les recomiendo ir pidiendo lo necesario para nuestra velada porque la misma reina estará acompañando y necesito que todo sea perfecto...- hablaba Alex con seriedad y aquel barítono fuerte propio de él, dando órdenes a las mafullas que se encontraban en el gran salón, hasta que el caballero Dezu optó por interrumpir a su subordinado y mejor amigo.

- Además, vendrán nuestros queridos invitados de honor, nuestra queridísima Integra dueña y cabeza de la organización Hellsing, el mayodormo de la casa y confidente de Integra, Eron y nuestro perro guardián y carta maestra, Alucard... Debe ser perfecto si queremos que todo salga como lo llevamos planeando desde hace ya bastante tiempo, si tan sólo millenium no hubiese a alterado nuestros ideales con su supuesto plan para matar al vampiro Alucard... Para nuestra suerte ya está con nosotros, ya nada podrá pasarle -Comentó con aquel fuerte y sonriente barítono, mientra realizaba algunos ademanes, dejó escapar un fuerte suspiro y con aquella dulce sonrisa comentó como último - Les pido como un favor personal que hagan lo mejor que puedan... - Mostró una sonrisa cálida que inspiraba la confianza suficiente para alentar a su personal. Prosiguió su camino y se desvaneció entre las grandes puertas de madera.

Todos continuaban con el arduo trabajo que implicaba el tener arreglada la mansión para la fiesta que se avecinaba.

El dia transcurría con normalidad, las mafullas limpiaban, los jardineros podaban los árboles y arbustos, los cocineros pedían los ingredientes y organizaban el menú, era un día algo agitado pero tranquilo al mismo tiempo, no había ni un solo ataque de vampiros; se podría decir que era un buen día ya que el sol tampoco había hecho acto de presencia en aquel cielo color grisáceo, una brisa helada y ese delicioso aroma de humedad, ya era otoño y las lluvias eran constantes pero hacía más perfecto el ambiente.

// En otra parte de Londres//

Una mujer de bellos ojos azulados que miraba tranquilamente el enorme jardín que se encontraba al otro lado del ventanal, mientras fumaba aquel puro tan fino, con ese dulce mirar observaba la brisa al danzar con los árboles y ese pequeño columpio ahora sin vida, sin esencia, sin ella.

-¿Qué mira tan tristemente mi señora? - Preguntó un joven de cabellos castaños y una dulce melodía en su voz, cálida y melancólica al mismo tiempo.

-Parece que la naturaleza está tomando paso- comentó de forma algo fría sin mostrar más que una mirada gélida en su rostro.

-¿De qué habla mi señora? - no comprendía e inocentemente se acercó un poco y dirigió su mirada a lo que observaba la dama de hierro.

- Lo poco que quedó ahora esta lleno de pequeñas flores y tallos que se enredan en las columnas - musitó sin despegar su mirada ni un solo segundo - Ya a pasado demasiado tiempo ¿verdad Eron? - le miró interrogante esperando una respuesta rápida y serena.

-Ya un año mi señora... - su tono dulce y alegre sonaba más apagado conforme avanzaba la charla.

Ambos mantuvieron ese silencio, ninguno se dirigió la mirada, Eron dejó la taza de té y se marchó inmediatamente, cerró de forma cuidadosa la puerta para evitar que Integra saliese de su ensimismamiento, esa tarde dos personas se encontraban pensativas, mientras que otro se divertía al recordar como se lo pasó a lo grande con los acertijos y enredos que le dejaba una chica misteriosa que a él le fascinaba y bastante, era un hombre y apreciaba la belleza femenina, sobretodo la elegancia de aquella dama.

Él se entretenía perfectamente con acertijos, recordaba como anteriormente la chica le hizo batallar con sus juegos, después de desvanecerse y dejar sólo una pluma en aquél banquillo de madera, el Conde prosiguió con su camino de forma tranquila mirando de vez en cuando el nuevo problema que tenía, un nuevo acertijo, recordaba de vez en vez como él era maravilloso para esas cosas pero con el tiempo perdió el entusiasmo y su habilidad, meditó las palabras una a una en su mente y una idea vaga apareció, tal vez se trataba de su propia habitación, algo que se le hizo un tanto peculiar fueron aquellas menciones tan obvias hacia la chica policía, dejando eso de lado un momento; tomó marcha hacia su habitación y miró ahí en el suelo una pila de cuerpos de bellas mujeres moribundas con una cortada en su mano derecha, aquel corte simulaba una orquídea y de este brotaba sangre, encima de aquellos 6 cuerpos, una caja negra de madera, con una carta decorada con pequeñas orquídeas secas. El aroma era embriagador, la sangre de jóvenes y ese dulce aroma de las orquídeas... Estaba fascinado y no esperaba menos de una invitación, airoso y firme se acerca a los cuerpos con paso firme, toma esa carta entre sus manos y esta se abre al pleno roce de sus dedos, al abrirla ve un papel blanco que apenas siente su mirada revela su contenido.

MIS DEMONIOS (AxS) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora