KRISTA
Subo por el elevador hasta llegar a mi piso y mi corazón se rompe en mil pedazos que se prenden en fuego e incendian todo a su paso cuando veo a Ethan sentado en el sofá de la sala de espera con una caja de comida para llevar en la mano. Cuando se percata de mi presencia, me mira extrañado y se acerca a mí.
—Estaba timbrando, pero pensé que estabas dormida y por eso no me contestabas.— Dice tomando mi rostro entre sus manos con ternura y luego besa mi frente. —¿En dónde estabas? Los chicos se han tenido que ir sin ti porque no te encontraban y Ashley tampoco sabía en dónde estabas y yo... ¿Estás bien?
Llego al día siguiente apestando a alcohol, cigarro y a café, con la ropa de la noche anterior y despeinada y él me pregunta si estoy bien. Ethan es demasiado perfecto como para seguir el consejo de Zack, tengo que decirle y explicarle lo arrepentida que estoy. No puedo mentirle al chico que siempre ha estado ahí para mí.
—Conocí a una chica en la fiesta y me he quedado a dormir en su casa.
Las palabras salen de mi boca antes de que pueda detenerlas y aunque podría decirle ahora mismo que no es cierto y contarle la verdad, una parte de mí se niega a hacerlo, y esa parte se ha coludido con mi cerebro y mis cuerdas vocales.
—Debiste avisar.— Dice abrazándome con fuerza.
—Lo siento, se me ha acabado la batería del celular y no encontré a los chicos cuando me fui.
—No importa. Traje el desayuno, ¿por qué no entramos y me cuentas cómo te la has pasado?
Asiento con la cabeza y caminamos en silencio hasta mi habitación. Se sienta en el suelo y comienza a abrir la caja, pero yo me siento demasiado culpable como para actuar con tal normalidad.
—Creo que debería ducharme antes de comer.— Digo mientras comienzo a tomar mis cosas de baño.
Abre la boca para decir algo, pero yo ya he salido de la habitación y voy con paso apresurado hasta las duchas. Todos seguían durmiendo, menos Zack, cuando salí de la casa, así que no debe ser tarde, por lo tanto todas las chicas siguen durmiendo después de tener un gran viernes por la noche y las duchas están vacías. Al entrar al baño hay una barra larguísima con cinco lavamanos y hay un espejo del mismo largo cubriendo la pared de arriba, luego del lado izquierdo hay diez duchas y del lado derecho hay diez inodoros.
Entro a una ducha, dejando mis cosas afuera, y cierro la cortina blanca. Me desvisto y luego dejo caer la ropa junto a mis cosas, abro la llave y el agua fría comienza a cubrir mi cuerpo, haciéndome suspirar. Intento mantener mi mente en otra cosa, como las tareas, pero cuando cierro los ojos, todos los recuerdos de anoche me golpean como un tren que va a mil por hora.
Esos labios besando mi piel, esas manos tocando mi cuerpo, sus gruñidos roncos en mis oídos. Con Ethan he tenido orgasmos, claro que sí, pero no siempre y normalmente tiene que esforzarse mucho para lograrlo, pero con Luke ha sido tan fácil, tan intenso y tan increíble que me sorprende. Sé que debería de estar llorando y destrozándome a mí misma por lo que hice, pero sigo recordando ese maravilloso sentimiento y no puedo evitar sentirme en paz.
Me tomo mi tiempo cuando me visto en los baños, claro que podría ir a mi habitación en toalla, pero no estoy lista para ver a Ethan. Cuando ya he terminado y no hay nada más que hacer, sé que no puedo quedarme más rato aquí dentro.
Regreso a mi habitación y veo que se ha acostado en la cama y tiene mi laptop en el regazo.
—Pensé que podríamos ver una película mientras desayunamos.— Dice con esa peculiar sonrisa.
La culpa me golpea de nuevo, pero me obligo a mostrar una sonrisa. Me acuesto en la cama, después de poner mi celular a cargar, dejando un espacio entre los dos. Me mira extrañado, pero no dice nada, sólo me pasa una caja, la cual tiene una hamburguesa adentro, y comienza la película.
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Secretos
Teen FictionKrista llega a su primer año de universidad junto con su mejor amiga y su novio. Todo pinta bien hasta que, en una fiesta, se le van las copas y termina acostándose con un desconocido. Decide dejar el error en el pasado y no decirle a nadie, pero es...