KRISTA
Evité a Ethan todo el fin de semana con la excusa de tener mucha tarea, pero ahora es lunes y es la hora del almuerzo y, al menos que me encierre a comer en los baños tipo "Chicas Pesadas", tengo que verlo.
Cuando me acerco a la mesa, en la que están Ashley y los chicos, voy viendo con más claridad el rostro de Ethan, el cual está lleno de rasguños y moretones bastantes feos. Corro hacia él y me siento a su lado, tomándolo de la mejilla para que me mire.
—¿Qué ha pasado?— Exclamo.
—Davis ha pasado.— Dice con un suspiro.
—¿Quién mierda es Davis?— Pregunto.
—Luke Davis, el capitán.— Dice Logan y yo comienzo a ponerme nerviosa.
—Oh, eh... ¿Te ha golpeado?— Digo mirando a Ethan.
—Algo así.— Se encoge de hombros. —Nos han dividido en dos equipos y, aunque era del mío, me ha tacleado como si fuera su peor rival.
Mi mirada se dirige a Luke, que está en la mesa de siempre, me mira y me guiña el ojo con la sonrisa más burlona del mundo. La furia comienza a hervir en mi sangre. He cometido un error, uno grande, pero sigo queriendo muchísimo a Ethan y la idea de alguien golpeándolo me mata.
Sin darme cuenta, ya he comenzado a caminar hacia la mesa de los de tercero. Escucho los llamados de Ethan a mis espaldas, pero los ignoro.
—¿A ti qué mierda te sucede?— Grito, llamando la atención de todas las mesas de alrededor.
Luke alza la cabeza y me mira, por un segundo se sorprende, pero recupera la postura y se pone de pie.
—¿Pasa algo?— Me mira tranquilo, metiéndose las manos en los bolsillos.
—Claro que pasa algo, ¿quién crees que eres para golpear así a mi novio?
Me mira fingiendo no entender la situación, pero luego "comprende".
—Oh, tú debes de ser el apreciado amuleto. Siento lo de tu novio, me he confundido de equipo y se me ha ido un golpe.
—Eso no parece haber sido sólo un golpe.
—Bueno, han sido dos o tres, pero no era mi intención.
—Apuesto a que no lo era.— Digo sarcástica. —Déjalo en paz o la próxima vez te las verás conmigo.
—¿Así como me las vi contigo el viernes?— Dice bajando la voz.
Me quedo helada, pero no tengo tiempo de decir nada porque Ethan ya ha llegado a mi lado.
—Kris, olvídalo, no ha sido nada. Ya, vamos a comer.— Me toma del brazo y me arrastra hasta la mesa.
LUKE
Veo a ese precioso trasero menearse mientras se aleja de mí. Suelto una pequeña risa y me siento de nuevo. Esta chica tiene más agallas que cualquier otra que haya conocido y, la verdad, está comenzando a gustarme lo mal que me trata, además, su novio me tiene los nervios bien apretados.
—Necesito que averigües si hace algún servicio comunitario o alguna mierda así.— Le susurro a Zack, inclinándome hacia él.
—He hablado dos veces con ella y estoy seguro de que sí.— Bufa divertido.
—Genial, pásame la información cuando sepas.
—¿Qué?, ¿por qué? Hermano, déjala en paz.
—No la quiero dejar en paz, me gusta.— Le digo con una sonrisa, imaginándome su cuerpo debajo del mío.
Dirijo mi mirada hacia ella en el momento justo en el que Williams la toma del rostro y la besa. Mi estómago se revuelve y me doy una bofetada mental cuando Zack lo nota.
—No empezará a gustarte en serio, ¿no?
—Su cuerpo me gusta en serio, eso es todo.
Me alegra la idea de que Zack comience a llevarse con ella porque, al día siguiente, ya tengo toda la información que necesito.
Al parecer Kris se ha ofrecido a servir cafés en la junta de los profesores por puntos extra, así que cuando dan las seis en punto, entro al gran salón en donde una mesa de madera redonda está perfectamente ordenada y vacía. Al fondo, la veo acomodar los sobres de azúcar como si su vida dependiera de ello, camino en silencio hasta llegar a su lado y le doy un rápido apretón en las caderas. Pega un brinco tan alto que me sorprende que no se haya golpeado la cabeza con el techo.
—¿Qué haces aquí?— Pregunta con un tono de asco, que me hace sonreír.
—Serviré los cafés, ¿y tú?
—Nunca creí que alguien como tú se ofreciera a servir cafés.
—Necesito los puntos.— Digo encogiéndome de hombros.
Gran mentira, mis notas son sobresalientes, pero ella no tiene por qué saberlo.
—Yo también.— Dice con un gran suspiro.
—Nunca creí que alguien como tú necesite puntos extra.— Igualo su tono.
—Tenía que hacer un ensayo defendiendo a un padre que violaba y maltrataba a su hija y yo... No pude hacerlo.
—¿Por qué lo dices como si te avergonzara?
—Porque me avergüenza.— Dice bajando la mirada. —Estoy preparándome para ser abogada y no he podido hacer ni el primer ensayo que han marcado.
—Yo creo que estabas defendiendo tus creencias y moral al no defender al padre.
Alza la mirada y esos ojos grises me penetran con dulzura, pero los aparta en seco cuando la puerta se abre y los ancianos comienzan a entrar.
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Secretos
Teen FictionKrista llega a su primer año de universidad junto con su mejor amiga y su novio. Todo pinta bien hasta que, en una fiesta, se le van las copas y termina acostándose con un desconocido. Decide dejar el error en el pasado y no decirle a nadie, pero es...