Capítulo 28

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KRISTA

Cierra la puerta corrediza a sus espaldas y nos sentamos en los escalones que dan al jardín trasero.

-¿Qué pasa?- Lo miro.

-La película estaba comenzando a aburrirme.- Se encoge de hombros.

-¿Cómo te va a aburrir? ¡Es una película genial!- Exclamo ofendida.

-Sí, hemos notado que te gusta.- Dice burlón.

-¿Se ha oído?- Me sonrojo. -Lo siento, es algo que nunca he podido evitar y...

-No ha sido molesto.

Su mirada es tan sincera que siento la alegría entrar por mis venas y encender todo mi cuerpo de un jalón. De pronto, los nervios vuelven y quiero un cigarro, pero me controlo porque sé que a Luke no le gustará y la verdad es que quiero saber el por qué.

-¿Por qué no nos conocemos mejor?- Pregunto apoyando la barbilla en mi mano.

-De acuerdo.- Asiente cruzando los brazos sobre las rodillas. -¿Jugamos a las preguntas?

-¿Cuál es tu color favorito?- Pregunto.

-Negro. ¿Cuándo es tu cumpleaños?

-27 de junio. ¿Cuál es tu comida favorita?

-La carne. ¿Por qué derecho?

-No soporto las injusticias. ¿Qué significa tu tatuaje?

De pronto se pone serio y me arrepiento de haber preguntado, pero cuando estábamos jugando cartas me he dado cuenta de la existencia del tatuaje cuando se arremangó las mangas de la camisa hasta los hombros. Es un nido y hay un polluelo dentro, es negro vivo y parece demasiado... ¿Triste?, ¿sombrío? No sé cómo describirlo.

-No tienes que contestar si no quieres.- Digo calmada, intentando recuperar el momento divertido que teníamos hace unos minutos.

-Los pájaros.- Suspira, con la mirada fija en las estrellas de la noche. -A veces sus madres se van antes de que ellos sepan volar, ¿sabías? Dejándolos solos e indefensos.

Su voz es tan oscura y ausente que me dan ganas de llorar, en serio, los ojos comienzan a picarme y me revulevo incómoda.

-Y, ¿eres amante de los pájaros o...?

Dejo mi frase al aire y Luke suelta una corta risa, es una risa triste, pero al final es una risa. Una risa que me hace sonreír porque, después de verle el rostro, creí que no volvería a escucharlo reír nunca.

-Es una metáfora.- Me mira y puedo ver el dolor que hay en sus ojos. Suspira antes de continuar. -Mi madre nos abandonó cuando yo tenía diez años. No entendía bien por qué un día llegué del instituto y no la volví a ver, hasta que fui lo suficientemente mayor para que mi padre me explicara que se había ido con otro, ya sabes, más joven, con más dinero. Hasta el día de hoy no he sabido nada de ella, en sus cumpleaños le hago una llamada sólo para escuchar su voz y luego colgar, pero el día de la fiesta me amenazó con llamar a la policía si le seguía hablando, sin tener una idea de que he sido yo el que llama cada año, estaba tan molesto, Kris, sólo quería beber hasta estar inconsciente y romper todo a mi paso, pero no lo hice porque...

-¿Por qué?- Logro decir a pesar del nudo que hay en mi garganta.

-Porque entraste tú a la habitación. Con los ojos llenos de pánico y las piernas cruzadas.- Sonríe, pero no lo suficiente como para contagiarme la sonrisa. -Y cuando entraste al baño me fue imposible no reírme y, no sé, el hecho de que me hayas hecho reír a pesar de lo jodido que estaba por dentro, yo... Te lo agradezco.

Me mira y sus ojos me desarman, están inyectados en sangre y las lágrimas están acumuladas en el borde de sus párpados. Y yo que creí que era el típico chico engreído con una familia millonaria y la vida perfecta.

-Luke, de verdad lo siento, no sabía...- Digo con la voz cortada, me siento tan inútil. -No sé qué decir.

-No digas nada, sólo... Sólo abrázame.

No lo pienso dos veces y mis brazos se enredan alrededor de su cuello, los suyos alrededor de mi cintura con fuerza. Mi corazón se rompe en miles de pedacitos que cortan todo mi interior cuando entierra su rostro en el hueco de mi cuello y comienza a llorar. Intenta disimular sus sollozos, pero no lo logra, sus hombros tiemblan con fuerza y yo entierro una mano en su cabello para reconfortarlo. Estamos así unos segundos hasta que la voz de Ashton nos interrumpe desde adentro.

-No vayan a coger en el jardín, ese es lugar comunitario.

Ashton no puede vernos, pero, de todas formas, Luke se separa de mí con rapidez y se limpia las lágrimas.

-¿Ellos lo saben?- Pregunto con tono calmado y él niega con la cabeza.

-Creen que mi madre murió. Sólo lo sabes tú.

Es un tema que me ha destrozado por dentro y sigo con ganas de llorar, pero no puedo evitar el vuelco que da mi corazón al saber que yo he sido la única a la que le tiene la suficiente confianza como para contarle algo tan personal y duro.

-¿Quieres quedarte a dormir hoy?- Pregunta con la voz ronca.

Eso sí lo dudo. Tengo clases mañana y no tengo mis cosas y, además...

-Por favor.- Sus ojos me ruegan y todas las dudas y responsabilidades desaparecen. Al parecer, cuando este chico llama, yo estoy en la puerta.

-Claro.

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