mi serpiente favorita

Mirame

Cabreada por escucharme abro la puerta de golpe y sin dejarle pasar me miro con seriedad a los ojos y dejo escapar tres simples letras de mi boca.

¿Que?- es lo único que digo y con eso sobra para que su rostro cambie drásticamente ahora está preocupado y hace el amago de acercarse pero yo solo cierro un poco más la puerta pegándome a ella.

¿Porque no me quieres hablar pequeña? ¿Estas cabreada conmigo?- dice triste a la vez que empuja la puerta y entra sin más haciéndome retroceder bajo su mirada dejando que el espacio entre nosotros sea mayor.

Se sienta en los pies de la cama dejando su chaqueta al lado con sus antebrazos sobre sus rodillas, se nota su angustia pero no voy a ceder.

No quiero que se comporte como si huyese de un lío de una noche. Porque eso es como me e sentido durante todo el día un lío de una noche.

Vete- digo parando la serie de la tele y encendiendo la luz para verle mejor.

Su pelo desordenado adorna su cabeza y sus ojos ni siquiera me miran.

¿Porque estás cabreada?- dice serio con la voz entrecortada, no quiere hablar pero se está obligando a hacerlo.

Tanto te costaba despedirte, o es que tenías tantas ganas de largarte que ni te acordaste- suelto la puya apoyándome en el escritorio mirando su espalda no quiero que me vea.

Llegaba tarde a entrenar, me he llevado un castigo por ello pequeña. No me quería ir pero yo también tengo obligaciones- dice más calmado y relajado su espalda se des tensa en la cama hundiéndose más en el colchón.

Mi mente colapsa al ver lo niñata que he sido y me acerco a él por la espalda colocándome detrás suya y abrazándole por los hombros pegándole a mi pecho.

Lo siento, pero creía que no te querías quedar. Que querías largarte y por eso no te habías despedido. Solo despídete cuando te vayas Hunter- murmuro tímida y avergonzada por lo tonta que he sido.

El ni se mueve, sigue estático con su mirada puesta en el suelo y con sus brazos aguantando su peso.

Mírame Hunter- susurro temerosa colocando la cadena de su cuello. Y me doy cuenta de que lleva su nombre grabado pero también un número. 29

Gira su cabeza hacia mi lado inclinándola para verme y hay me doy cuenta de que sus ojos están húmedos con ganas de llorar y se ve el dolor salir de ellos.

Me levanto corriendo de la cama y sin importarme caerme enredada en las sábanas de mierda que me impiden ir veloz enfrentaré suya.

Hey hey hey ¿que te pasa? Mírame Hunter, mírame- digo arrodillada entre sus piernas apartando sus brazos de manera brusca intentando coger su rostros y alzarlo para que me mire pero él se remueve y lo esconde en mi cuello derrumbándose y abrazándome con fuerza.

Me congelo al sentir su llanto humedecer mi camiseta y sus manos aferrarse en mi cintura como si fuese un peluche y él un niño asustado.

Tranquilo amor- susurro con la voz rota forzándome a no llorar por verle así, coloco mis manos en sus hombros y lo acerco más a mi abrazándole con fuerza para calmarlo un poco