Capítulo 10: Oportunidades

151 25 0
                                    

Pov. Zen

El sol salía anunciando el amanecer, el cielo se aclaraba en un tono celeste, las estrellas y la luna se despedían. Aunque siempre estaban hay aunque no las pudiéramos ver. Me gustaba presenciar estos momentos, como lo solía hacer con mi familia, ahora eran solo bellos recuerdos.  

Ayer no había podido dormir bien, aun no sabía lo que había pasado entre Shirayuki y mi hermano, pero lo conocía como para saber que no había sido una conversación cómoda. Realmente me hubiera gustado estar con ella.

Liberando el aire que había estado conteniendo en un largo suspiro, baje de la baranda del balcón en el que estaba sentado y volver a entrar a mi oficina, y al sentarme la puerta se abrió. Mitsuhide cerró la puerta una vez los tres estuvieron dentro. 

-¿Qué tal maestro? – rompió el silencio con una sonrisa pícara en su rostro - ¿Me extrañaba?

-Te llame porque seguro posees información del grupo del que formabas, ¿no? – dije ignorando sus preguntas. La sonrisa se borró de sus labios – Tu amigo no quiso decir nada pero espero quieras colaborar, si lo haces puedes irte.

Al no ver que mostraba señales creí que estaba defendiendo a sus colegas pero al abrir la boca su voz ya no mostraba alegría.

-¿Por qué me encerró en una habitación y no en una celda? – preguntó.

Tomando aire tranquilo me levante de la silla y rodee el escritorio para apoyarme en la madera y verlo frente a frente.

-A pesar que secuestraste a un empleado del castillo y mi amiga – empecé y recordé las palabras de Shirayuki – Fuiste a salvarla, ayudaste a mi ayudante – miro a Kiki, quien asintió – Y no olvido que desviaste una flecha cual iba directo a mí, no sé por qué hiciste todo eso, pero te doy las gracias de verdad.

-Hace bellos discursos maestro.

Una vena salto de mi frente, ¿era enserio?, que tipo más molesto. Estaba por decir algo cuando él me interrumpió.

-No se enfade, no soy alguien que delate a la gente y esas personas no son buenas pero fue el único lugar que conocí – admitió con una sonrisa burlesca al principio para tornar su voz más seria - le diré todo lo que se.

¿Esto es lo que vio Shirayuki?. Un hombre que a pesar de sus errores vuelve y pelea por lo justo y hace lo que siente correcto. No es lastima lo que siento pero si ella le dio una oportunidad.

-Bien – me acerco quedando a dos pasos de él – Pero si vas a estar aquí – le quito de la cabeza el pedazo de tela y se lo dejo en la mano – y quítate esa cosa del cuello, te vez sospechoso.

-Si – murmura confundido y sonrió ante ello.

Pov. Shirayuki 

Me había despertado más temprano esta vez, aún mantenía en mi mente las palabras del príncipe Izana, lo que quería decir era que no era bienvenida en Clarins. Pero aquí había conocido a Zen, pude lograr entrar a la academia farmacéutica para ser una herbolaria de la corte, y también había conocido muchas personas y ganado experiencia. 

Me libere de las sabanas para empezar a alisarme e ir a la cocina para desayunar y llevarle comida a Ryu, seguro se habría quedado dormido debajo de su escritorio nuevamente, ¿realmente seria cómodo como él dice?

Los sirvientes y ayudantes ya debían de estar deambulando por el castillo haciendo lucir cada extremo del mismo. En un lado de las muchas salas debía estar Obi, aunque me preguntaba si estaba bien, ¿podría a verse ido?. Él no tenía ataduras que lo mantuvieran en el palacio, después de todo, Obi había nacido para correr y ahora era libre. No tenía un porque quedarse.

Tú Me Salvaste© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora