Capítulo 29: Nueva Promesa

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Pov. Shirayuki 

El sonido de los caballos mostraba que ya estaba listo el carruaje. Gire a ver al príncipe Raji junto a mi padre y Kazuki. Me acerque para así despedirme. Aunque era un poco triste.

-Nos veremos muy pronto – dije parándome derecha – Gracias por invitarme príncipe Raji.

Él asintió con una sonrisa y volteo a ver a mi padre.

-Me alegra que encontraras un lugar donde puedas sonreír y escoger por ti misma – expreso hinchando su pecho con una gran sonrisa – Tu padre está orgulloso de ti, ¡gracias, Shirayuki!

Sonrió y siento como mis mejillas empezaban a harderme. Me despedí apropiadamente y camine hacia el carruaje, Obi me ayudo a subir, y él fue al caballo que lo esperaba. 

El traqueteo de los caballos y las ruedas empezaron a surgir, vi cómo me alejaba del palacio, mire por la ventana conservando la imagen de mi pueblo. 

Un día, regresaría.

Pov. Zen 

Había pasado dos días desde aquella cena, creí que las cosas serían iguales pero Violette me había estando evitando, a penas y me saludaba cuando nos encontrábamos en los corredores o en el desayuno.

¿Cómo te arreglas con tu prometida?

Mire a Kiki, ella era una dama y tal vez sabría pero me daba miedo preguntarle, más si es Kiki. Desvié mi mirada a Mitsuhide, el podría decirme, ahora empezaba a extrañar la presencia de Obi. Aunque no sabría si él fuese un chico que hablara de sus sentimientos.

-Mitsuhide, Kiki – él es el primero en girar y preguntándome que necesitaba – Hoy saldré temprano, por lo que trabajemos duro, y terminaré mañana.

-¿Piensas salir Zen? – no me sorprendía que preguntara.

-Quiero arreglar algo y también – termino de firmar un documento – cumplir una promesa.

Hacia un tiempo le había prometido a Violette que le mostraría la belleza de Clarins. Hera momento de cumplirlo. Seguí firmando documentos y viendo los informes del fuerte de Laxdo. Había surgido una idea en el día en que una muchacha de la isla del sur de Clarins vino respecto a un problema. Por suerte todo había salido bien y las aves de la isla serian entrenadas para enviar mensajes de muy alta distancia para el reino.

Me separe del escritorio una vez termine y pude soltar un suspiro. De un salto me aparte para estirarme.

-¡Bien! – me acerco a la puerta y me detengo para girar a ver a mis amigos – Les encargo el resto, nos vemos.

-Está bien, ve con cuidado Zen – dijo Mitsuhid levantando la mano como despidiéndose. 

Cierro la puerta y me aproximo a los jardines. Sabía que ella estaría ahí, ya que hoy no tendría ninguna labor en su lista, seguro me esquivaría pero no me rendiría. 

No me costó encontrarla y me sorprendió verla escondida detrás de un árbol. No llevaba un vestido grande más solo una blusa de color huevo con un chaleco negro y una falda color verde claro. Su cabello estaba semi recogido. A cierta vista no parecía como una princesa. 

Me acerque por detrás de ella y lo suficiente para asustarla.

-¿De quién te escondes?

Ella dio un salto asustada, lo que me hizo sonreír, al girarse su mirada me estaba fulminando. Su cuerpo pareció relajarse pero aún mantenía su mirada seria.

-Mis doncellas me perseguían para ponerme un vestido demasiado – se detuvo y se cruzó de brazos - ¿Me estaba buscando príncipe Zen?

-Así es – apoye las manos en mi cadera – Quería invitarte ir a la ciudad.

Tú Me Salvaste© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora