Capítulo 32: Me Siento Feliz

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Pov. Shirayuki 

Podía sentir el suave aroma a la naturaleza, era como estar en el bosque, los rayos del sol iluminando el cielo claro. En un momento todo se volvió de color blanco y abrí los ojos, el frondosos árboles se habían convertido en mi habitación, me fije en mi mano que estaba entrelazada entre una tela verde que era muy familiar.

Me incorpore llevando mi otra mano a mi boca para evitar soltar un bostezo que fue inevitable, gire mi atención al piso y me sorprendí al ver a Obi acostado con su pecho al descubierto, el cual subía y bajaba lentamente debido a su respiración. 

¿En qué momento Obi se quitó la camiseta?

Baje la mirada a aquellas líneas que ocultaban parte de su pasado, Obi era un hombre muy misterioso pero sabía que cada cicatriz si hablara me contaría una diferente historia, acerco mi mano delineando la cicatriz que se encontraba en su costado que tenía la forma de una equis. No podía imaginar el dolor por que tuvo que pasar, seguí admirando cada línea hasta que mi visión se detuvo en aquella que ganaba la atención, extendiéndose por debajo de su clavícula. 

Alce la vista regresando a su rostro, me gustaba verlo tan tranquilo, acaricie una de sus mejillas y lentamente me detuve en sus labios. Recordé como nos habíamos besado en aquel bosque, de solo recordarlo el burbujeo en mi estómago me invadía, pude confesar mis sentimientos y él había correspondido. 

No sabía cuándo mis sentimientos por Obi se habían transformado pero me alegraba que estuviera a mi lado. 

Unas chispas sacudieron mi cuerpo al sentir como Obi tomaba mi mano y la llevaba a sus labios, dejando un pequeño beso y mi corazón de acelero al verlo abrir los ojos. Una sonrisa dibujaba en su rostro y la miel se deslizaba en el ámbar de sus ojos. 

-Buenos días, damita – dijo mientras acariciaba con su pulgar mi mano suavemente - ¿Pudo dormir bien?

Le devolví la sonrisa y acerque más la bufanda aferrándome a ella.

-Sí, gracias, pero no sé si el piso fue bueno contigo.

-Es mejor que el colchón de mi cama – la burla bailaba en sus ojos, lo que me hizo sacar una risa. Pero el frío me invadió cuando él soltó mi mano suavemente – Creo que es hora de levantarse.

Asentí y me enderece y eleve los brazos para estirarme bien, me puse la bufanda alrededor de mi cuello, y salí de las sabanas. Obi ya se había levantado y estaba colocándose su camiseta negra, note que también tenía una fina cicatriz en su espalda. Me hubiera gustado a ver podido ayudarlo para que no hubieran quedado esas cicatrices. 

-Bien, tengo que ir con el amo pero regresare.

-Obi, espera.

Él giro sobre sus pasos y me apresure a abrazarlo, quería que se quedara pero sabía que Obi también tenía que cumplir con su trabajo, sentí como el me envolvía en sus fuertes brazos. Podía sentir el latir de su corazón, que corría tan de prisa como el mío, me separe solo un poco para poder verlo a los ojos. La ternura se reflejaba en su rostro. Me puse de puntitas y bese su mejilla aunque quería besarlo, debía llevarlo con calma. 

-Si hace eso no querré irme, damita – susurro juntando su frente con la mía.

-Te estaré esperando – acune mis manos en su rostro tratando de grabar en mi mente su rostro.

Asintió con una sonrisa vibrante, se alejó para terminar de ponerse la chaqueta y acercarse a la puerta y antes de cerrarla me hizo una de sus típicas señas diciéndome que nos veríamos luego.

Una vez sola en mi habitación, pude suspirar, me sentía feliz otra vez. 

Me apresure a ir al baño para cambiarme y limpiarme los dientes, faltaba poco para que fuera la hora de ir a trabajar. El desayuno lo comería junto a Ryu en la farmacia. 

Tú Me Salvaste© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora