Capítulo 33: Sorpresas

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Pov. Zen 

Hoy, por suerte no había despertado de un susto como ayer, pero desde la mañana sentía algo diferente. Supongo que ese presentimiento se estaba cumpliendo en este momento, es bastante extraño que mi hermano me cite a solas, lo que fuera a decirme no sería del todo bueno.

-Permiso – dije con voz firme y me adelante a abrir la puerta para serrarla después - ¿Querías verme, hermano?

Separando un papel dejo ver su rostro en el cual mostraba una blanda y sutil sonrisa, el que no lo conociera pensaría que es algo normal pero para mí no, algo le está divirtiendo en este momento.

-Ha llegado una carta de parte del príncipe Raj de Tambaru – soltó como si fuera de lo más normal – De hecho, un mensajero vendrá y quiero que lo recibas, al parecer trae algo para tu amiga.

-¿Shirayuki?

-¿Tienes otra amiga especial?

Apreté mis labios para no mostrar mis emociones. Pero me causaba curiosidad de que trataba esta visita. 

-Llegaran pronto, asegúrate de recibirlos.

-Entendido – accedí. -Y Zen.

-Sí.

-Sabes lo que está ocurriendo en el norte y conoces mi solitud – su voz seguía tranquila pero su expresión se había tornado seria - ¿Has hablado con tu mensajero sobre ello?

No había tenido la oportunidad y tampoco quería enviarlo solo.

-Lamentablemente aun no – admití y mire a mi hermano directamente – Pero sería mejor que él fuera acompañado.

-No.

-¡Hermano!

-Eres un príncipe Zen y debes asumir tus responsabilidades – mi mandíbula se tensó ante sus palabras – No iras.

-No cederé entonces – no enviaría a un amigo a la muerte sin protección – Me retiro – hago una pequeña inclinación para girar en dirección a la puerta pero su voz me detiene.

-¿Crees en él? 

A lo mejor la primera vez que conocí a Obi no fue la mejor pero él no es un mal chico, lo vi, cuando se mostró su valentía al luchar con Mitsuhide, Kiki y mi lado, y estaría en deuda con él siempre, al proteger a la primera mujer que ame, y sin saberlo se ganó mi respeto. 

-Es uno de los mejores rastreadores que conozco – giro para enfrentar a su mirada – Sé que podemos confiar en él. 

Izana no era alguien que mostrara sus sentimientos, siempre jugaba con las personas, todos parecían ser peones en su tablero de ajedrez. Pero ahora no sabía cómo descifrar lo que parecía jugar.

-Lo enviaremos escoltado por dos soldados – término diciendo mientras caminaba a su escritorio y se apoyaba en el – Nada más. 

-Entendido – asentí.

-Puedes retirarte – me acerque a la puerta – Espero no te arrepientas de haberlo acogido. 

Salí de aquella oficina y me apresure a llegar hacer mi trabajo. Tendría que encontrar el momento de contarle a Obi pero siendo un mensajero no sería muy bien tomado en el fuerte por los demás soldados. Sin importar tan bueno fuera para pelear. 

Pov. Shirayuki 

-¿Ryu, cuantas debo recolectar?

-A ver, tres caléndulas, cinco crisantemo y siente de lavanda –dicto las flores y hierbas que pidió la jefa.

Tú Me Salvaste© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora