Deseo que la rutina no nos consuma, que la cotidianidad no se vuelva una costumbre, que nos reinventemos, que me sorprendas cada día. Le pidió a Dios que me cuente tus secretos, lo que esperas en una relación de amor. Y si un día nos empezamos a apagar, prometo recordar por qué te ame en un principio y volveremos a empezar.
Algunos años antes....
Era un lunes de finales de marzo, llovía y hacía frío. Pero eso no importaba, eran las 7 am y yo iba camino a mi trabajo, casi tenia 18 años y era hora de empezar a independizarme y hacerlo económicamente era una buena manera de arrancar.
Hacía ya un mes que trabajaba como moza en el bar hasta el mediodía e iba a clases por la tarde para terminar la secundaria. Me gustaba trabajar allí, los dueños de "El Café Marqués" eran un matrimonio muy amable y su hija Julie tenia unos años menos que yo pero nos llevábamos muy bien.
- Lo más probable es que el próximo año comience con protocolo y ceremonial, realmente me gusta.- le decía a Julie mientras acomodábamos las tortas, pasteles y medialunas que habían llegando desde la panadería.
- Creo que tienes potencial para eso.- comentó Julie.
- ¿Cómo vienes con tu pintura?- pregunté, Julie era una gran artista, se la pasaba haciendo seminarios y talleres de arte todo el tiempo.
- Muy bien, casi termino, pero me quedé sin pintura, así que quiero esperar para poder ir a proveeduria y comprar por cantidad así me cuesta menos.- respondió.
- Genial, lo bueno es que puedes ir una vez al mes y comprar todo lo que necesitas.- comente y en eso, dos chicos entran al bar.- Disculpa, debo atender.- le dije a Julie, tomé mi libreta y fui a tomar su orden.- Hola, buenos días ¿Qué desean ordenar?.- dije y ahí fue cuando lo vi. Sus ojos gris perla, su cabello castaño algo mojado con algunos mechones cayendo sobre su frente. Su porte, la seguridad y la masculinidad que irradiaba. Todo eso fue lo que me llamó la atención de él.
- Hola. Yo quiero un café con 3 medialunas, por favor.- dijo el otro chico, este era moreno de ojos claros, bastante atractivo pero no como el otro.
- Bien.- dije anotando en mi libreta.- ¿Y tú?- pregunté mirando al chico que me había cautivado, pero apenas me había prestado atención ya que miraba el diario que estaba sobre la mesa.
- Lo mismo.- dijo levantando la vista y con un tono un tanto seco y osco. Lo agregue a la lista mientras sentía la mirada del chico ojos grises en mí.- ¿Las medialunas dulces o saladas?- pregunte.
- Dos saladas y una dulce para mí.- dijo el moreno.
- Lo mismo.- dijo el muchacho volviendo a leer su diario. Era parecía no muy amable, pero eso no debía importarme. Yo solo debía servirle.
Les preparé su pedido y se los llevé. Un rato después pagaron y se fueron
A partir de ese día esos dos chicos fueron a desayunar a diario. El de ojos grises era de pocas palabras y bastante mandón y malhumorado. El otro era más amable, hasta me llamaba por mi nombre y se presentó diciendo que se llamaba Lucio. Pero a su amigo poco le importaba hacer sociales así que no sabía su nombre, incluso, Lucio se acercaba al mostrador y ordenaba por ambos mientras él se acomodaba y tomaba el diario.
Hasta que un día el chico lindo de ojos grises vino solo.
- Hola ¿Qué vas a tomar?- pregunté amable.
- Un café con tres medialunas, por favor y tráeme el diario de hoy.- ordenó. Le alcancé el diario y me fui a preparar su orden. Si bien estaba acostumbrada a tratar con el carácter de la gente por alguna razón el suyo me molestaba, tal vez, porque él me gustaba y me hubiera gustado que tenga más comunicación conmigo.
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Cuando Caiga el Sol
RomanceA pesar de su nombre, Ama piensa que el amor es una mierda. Ya que su novio Laian le demostró eso con una relación toxica, posesiva, violenta y dependiente. Pero pronto va a descubrir que esa libertad que siente cuando ve el caer del sol, no es so...