Capítulo 13: Un día Sin ti O Casi

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Día 1: Tendría que haber previsto que esto pasaría en algún momento, pero me acostumbre tanto a su imponen, salvaje, rebelde y destructora presencia que de una manera insana me volví hasta adicta de las pequeñas dosis que su estado de humor bueno, amable, amoroso y comprensivo proporcionaba después de sus estados caóticos de violencia extrema.

Pero no eran más que eso, pequeñas dosis de algo que no era real, de algo que rosaba con la fantasía. Porque su estado real, su estado puro, es la violencia, esa violencia que destruye todo a su paso y eso, y eso soy yo.

- Sí, claro así es.- Lisa habla por teléfono cuando entro a nuestro local.- Claro. Señor Carlos, muchísimas gracias por todo y lo esperamos este viernes en esa dirección. Adiós.- Corta.

- Buen día.- saludo con media sonrisa, hace unos días a Lis se le pasó el enojo que le duro prácticamente una semana. Pero todavía está bastante extraña y su mirada conmigo es calculadora como queriendo encontrar algo fuera de lo normal.

- Buen día.- dice mirándome con el ceño fruncido.- ¿Estás bien?- pregunta arrastrando un poco las palabras de manera pensativa y dudosa.

Tengo que decirle, tiene que saberlo. Por lo menos la parte que Laian se fue.

- Anoche Laian se fue.- digo cerrando los ojos y dando un suspiro de llanto ahogado.

- ¿Qué?- pregunta sin entender.- ¿Qué pasó? ¿Me estuviste mintiendo todo este tiempo? Pero claro que lo hiciste, cómo que no.- dice un tanto enojada y con sus manos en jarra sobre su cintura.

- Él no estuvo muy bien, no estuvimos teniendo un buen tiempo los últimos meses.- digo.

Mejor dicho los últimos años...

- ¿Qué te hizo?- pregunta

Me golpea, y la última vez casi quiebra mí nariz.

- Nada, tú conoces cómo es, su carácter es algo intenso. Ya no lo podía aguantarlo, le pedí que se fuera unos días.- cuento. Como ya saben, media verdad.

- ¿Y aceptó así sin más?- pregunta con extrañeza.

- Le costó, pero se dio cuenta que era lo correcto.- digo algo compungida.- Creo que fue lo correcto.- rompo en llanto, me la pase toda la noche así. Creo que lo más tierno fue que Inti lamia mis lágrimas y durmió pegada a mí hecha una bolita.

- Ay, Ami.- dice en un chasquido y acercándose a mí mientras me toma en sus brazos.

- Fue lo mejor.- asegura.- Yo no tengo dudas que él te ama y que no haría nada para lastimarte. Pero tú eres muy tranquila y él es demasiado intenso, creo que a veces en su afán de protegerte tal vez no se da cuenta de lo que hace o dice, como la vez pasada en el club.- dice.

Lis no creo que nunca estuviste tan errada como ahora.

- Esto los hará mejores te lo aseguro.- dice.- ¿Sabes que siempre estaré aquí para ti sin importar qué pase, no?- asegura.

- Lo sé.- respondo dando un gran suspiro.

Para el medio día mi angustia ya no está o por lo menos ya no duele tanto, incluso me rio mientras comemos con Lisa de una anécdota muy divertida sobre su último ligue del fin de semana.

- En serio tú no sabes lo sucio que estaba, era lindo, vaya si era lindo, pero parecía que hacía más de un mes que no se bañaba, el olor a perfume barato tapaba su olor a mugre, pero a la hora de ponernos melosos, se sacó la camisa y debajo del brazo la tenía costras de desodorantes y pelos, pero toda una bola de mugre y su camisa estaba amarilla. Era un asco.- dice riendo. Yo tengo ganas de vomitar al escuchar su relato.

Cuando Caiga el SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora