Capitulo 27: Somos otros

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No me considero adecuada para dar un consejo, pero les recomiendo que cuando tomen una decisión estén seguros de eso y lo sostengan. Porque si cambiamos de opinión se puede convertir en un gran problema.

Es viernes por la tarde y llegamos a la casa que alquilamos, vine con Lisa en su auto y traje a Inti conmigo. Lisa dice que parezco una de esas famosas medias huecas que van con el perro debajo del brazo para todos lados y eso me hizo reír. Tal vez tenga razón, pero no iba a dejar a la bebecita sola en casa todo el fin de semana, además todos adoran a la pequeña bolsa de pelos.

La casa es grande revestida en madera con el techo a dos aguas, es como una casa de ensueño, al estilo cuento de hadas, el terreno es enorme con arboles, un sector con mesas y sillas de parque con parrilla y una pileta lo suficientemente espaciosa para hacer una pool party.

El lugar es perfecto para relajarse el fin de semana, espero poder lograrlo.

- Me tendrán que sacar de aquí con la orden de un juez de la nación, te lo aseguro, Ami.- dice Lisa mientras bajamos del auto y aspira el fresco aire de la naturaleza.

- Me voy a encadenar justo ahí en el sillón que hay al lado de la puerta de entrada.

- ¿Quién pone un sillón ahí?- pregunta con extrañeza.

- Alguien que tiene espacio, decora queda lindo, ademas está debajo del techo.- respondo.

- ¿Listas para el mejor fin de semana de sus vidas?- pregunta Cristian llegando con la llave.

- Claro, pero ya abre que me estoy muriendo de la ansiedad por entrar.- responde Lisa un tanto histérica.

Si bien la casa ya la vimos por Internet, al entrar nos llevamos una sorpresa, porque es más linda que en las fotos. Es amplia y espaciosa, toda revestida en madera con una escalera que lleva al piso de arriba donde hay 3 habitaciones. Eso va a ser un problema.

En la planta baja el living, la cocina y el comedor, son un lujo. Una barra de desayuno, una cocina digna del mejor restaurante, un bar con muchas copas y diversos licores. Sillones de madera bien mullidos y una estructura al estilo Luis XV, una chimenea, un televisor que ocupa la mitad de la pared prácticamente y no exagero. Los muebles del comedor van a juego con los muebles del living todos al estilo Luis XV y tan lustrados que seguro nos sentamos en una silla y nos resbalamos.

- Definitivamente me voy a encadenar contigo.- dice Lisa.

- Yo tendré mis mejores siestas en este sillón.- dice Lucio entrando con su valija y la de Cristian, mientras él prende las luces.

Solo llegamos Lucio, Cristian, Lisa y yo. Porque Eloy termina en un rato su guardia y viene directo para aquí y no sé mucho sobre Laian, lo único que nos dijo fue que debía hacer un tramite antes de venir hasta aquí.

De verdad me siento nerviosa, estoy por pasar 72 horas con dos hombres que movilizan mi vida. Cada uno a su manera, pero en fin, lo hacen y eso me inquieta bastante.

El corazón es una ingrato, que es capaz de llevarte hasta lo más alto del cielo y dejarte caer en caída libre sin ningún cuidado de estrellarte contra el piso.

Desde que llegué tengo un vértigo en el estomago y un nudo en mi garganta que me incomoda completamente. Pero creo que mis nervios se deben más al hecho de ver a Laian, porque sé que no habrá problemas con Eloy, él sabe mantenerse al margen de todo. Pero me da miedo lo que pueda llegar a ser Laian.

- ¡Ama!- grita Lisa.

- ¿Qué?- pregunto sobre saltada.

- Vamos lleva tu valija a la habitación.- dice.- ¿Qué tienes?- pregunta sin entender.

Cuando Caiga el SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora