Capítulo 14

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Martes.
9:09

Había decidido preparar hot cakes con fruta y café, algo sencillo para Sam; quién había regresado bastante tarde luego de haber podido ingresar a la banda criminal de la que tanto habían estado hablando durante los últimos meses. Solo necesitaba seguir ganando su confianza hasta dar con uno de los secretos que tanto anhelaban descubrir, estaban traficando más que solo armas convencionales. Lo que también les hacían preguntarse: ¿por qué lo harían? y peor aún ¿para quién? Llegarían al fondo de esto lo más pronto posible.

Aunque por el momento solo quería disfrutar de una buena taza de café y charla al lado de su compañero-amigo y de su inquilina, a la que comenzaba a ganarle afecto, pues entre ambos burlaban a su relación en común. Y afortunadamente para este par, a Bucky se le había derramado la bebida caliente sobre la playera por accidente.

Rieron y apuntaron al error -aunque no era molesto para él-. Lo único que quedaba por hacer era cambiarse de ropa, no sin antes dejar la mesa con una burla hacia la chica.

--- Bueno, siempre es mejor quedarte con café encima que vómito -había recordado una desgracia suya tras el Mardi gras

Los chicos dejaron de reír sin entender muy bien a qué se refería. Sin embargo, ella trataba de controlar un sonrojo en sus mejillas que afortunadamente ninguno de los hombres notó.

--- Ah, olvidenlo. Iré a cambiarme -se levantó de su lugar

Consecuentemente fue hasta su cuarto para cambiar la prenda por una mucho más ligera, una camiseta azabache que solo vestía cuando estaba encerrado en casa, suponía que no sería una molestia para ella; después de todo, lo primero que le había contado había sido la existencia de su extremidad metálica.

Una vez que la encontró en su cajón, fue sorprendido por Sam. Volteó a verlo y regresó a lo suyo sin darle mucha importancia a su estadía. Aunque de todos modos lo llamó, requería hablar con él a solas sobre _(t/n)_.

--- ¿Qué pasa con ella? -cerró el cajón y regresó la atención a su amigo

--- No ha recordado nada

--- Creo que, eso es muy obvio...

--- No, no -se acercó a él-. Me refiero a que tal vez es algo en lo que necesitemos una mano. Así que estuve pensando en que podríamos hacer un par de llamadas...

--- No. Ni se te ocurra hacerlo, Sam

--- ¿Y por qué no? Sería fácil hacer que consiguiera un poco de información sobre _(t/n)_ -objetó

--- Por favor... -se puso de pie con la ropa húmeda en mano- ...podemos manejarlo. Además, ni siquiera ha pasado una semana desde su llegada. Dale tiempo -suplicó

Falcón pareció habérselo pensado seriamente. Confiaba en su amigo, pero todo lo que les estaba pasando era una locura, algo no saldría bien de aquello. Y bastante a su pesar tuvo que aceptar, porque de pedirle ayuda, sabía que pondría en un dilema a su amigo; sin mencionar de que estaba la posibilidad de separarlo de su "amor" -¿por siempre? ya no dependía de él-.

Así, Sam Wilson le otorgó unos días más al soldado para hacerla volver en sí y descubrir la razón de porqué estaba en ese lugar, ya que de otro modo no podrían ayudarla -si es que requería a la caballería-. La cuenta atrás inició.

Limpiaron, secaron y guardaron la vajilla utilizada. Sam quería entrenar un rato, por lo que salió al patio trasero junto con Bucky para luchar. Les hubiera encantado practicar tácticas de entrenamiento con armas, pero era peligroso ser vistos a esa hora del día y más en la presencia de la chica. Lo dejarían para otra ocasión.

Mientras ellos peleaban, no pudo resistirse a observar a través del cristal de la ventana que daba a la parte de atrás de la casa. Acercó una silla para mayor comodidad y se recargó en la orilla de la ventana.

Sam lanzaba un golpe y Bucky lo esquivaba, luego trataba de darle un gancho con la mano contraria, mas el soldado había sido de igual manera rápido y había logrado defenderse levantando la rodilla, cubriendo su abdomen con su pierna -todavía manteniendo la guardia en el pecho-, eso le dio oportunidad a Sam para agacharse y girarse sobre su eje de tal modo que triunfó al derribarlo con la pierna derecha. Una vez en el suelo, no dudó dos veces en tomar impulso para lanzarse hacia él y arrojarle un golpe que iría directo a su cara. James reaccionó, rodó hacia su izquierda y evitó el impacto, de prisa se puso de pie y se mantuvo en guardia como un gato, aunque eso no duró mucho, pues rodó en dirección a su compañero y al terminar de dar la vuelta, se puso de pie en seguida y tiró un gancho -hacia arriba- para que le diera justo en la quijada. Falló el puñetazo, sin embargo eso no fue relevante, posteriormente le arrojó un golpe directo. También fracasó, pero no se rendiría. Después levantó la pierna izquierda, la extendió con todas sus fuerzas y pudo por fin darle en su ingle derecha, guiándola hasta el suelo y tumbando al moreno.

Querían seguir con la batalla, pero eso les había bastado para marcar sus debilidades. Mientras que a Barnes le faltaba equilibrio, Wilson carecía de rapidez -aunque se excusó diciendo que era por causa de la falta de energía-. Sin embargo ambos habían mejorado en las últimas semanas.

Le ayudó a levantarse y se felicitaron por el trabajo concluido.

_(t/n)_ miró hacia el reloj de la pared que colgaba al lado de las escaleras, faltaban un par de horas para que Sam se fuera al trabajo, lo que le daba tiempo para ducharse y caminar hasta la tienda de flores de la que le había contado alguna vez.

En ese momento tocaron la puerta y ella se levantó para ir a atenderla. Los chicos regresaron del patio y vieron el momento en el que la mujer fue vista por uno de sus vecinos, haciéndole cuestionar al menor de su presencia.

--- Eh... ¿quién eres tú? -preguntó Chris un tanto nervioso

--- Hola -sonrió-. Mi nombre es _(t/n)_, ¿cuál es el tuyo?

Miró detrás del hombro de la chica, observando la angustia y sorpresa de sus vecinos -a los que en un inicio había ido a ver-.

--- Christopher. Pero puedes llamarme Chris. Dime, ¿estás saliendo con alguno de ellos?

Eso la asombro. ¿Qué estaba haciendo el niño?

Samuel fue hasta ellos y le pidió a su amiga que lo dejara atender la situación, ella cedió el paso y todavía con una duda reflejada en su rostro fue hasta su habitación a despabilarse. Bucky no hizo nada más que verla en su transición de la entrada a la segunda planta de la casa. Hasta él lo había pasmado el pre-adolescente. ¿Acaso había sido amabilidad? ¿Pretendiendo qué?

Frunció el ceño, tratando de averiguar a qué se debía la visita del menor.

No era más que para llevarles comida que había hecho Julia, había cocinado chili con carne. 

Te recuerdo [Bucky Barnes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora