Capítulo 1

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Macon, Georgia.
9:17

Despertó tras escuchar unos quejidos provenientes del patio trasero, debía ser Sam practicando su lanzamiento, de nuevo.

Se quedó observando el techo por unos segundos, recapacitando si realmente valía la pena levantarse. Decidió desvanecer esos pensamientos; sin más preámbulo, giró hacia su derecha y terminó por sentarse en la orilla de su cama, cuidando de no pisar el helado piso y en su lugar, poniéndose su calzado. Parpadeó un par de veces, hasta que su cuerpo asimiló que ya era hora de ponerse de pie, terminó por bostezar y finalmente se levantó.

En seguida fue hasta las ventanas -que se encontraban delante de él- y deslizó sus cortinas, revelando el amanecer de ese día, parecía que estaría despejado y haría un buen clima. Abrió la ventana de la izquierda y se asomó por esta, buscando a su compañero -ahora amigo- Sam Wilson, quién intentaba quitarle la legendaria arma del Capitán América a un árbol. Parecía que le estaba costando trabajo, una escena bastante graciosa que hasta hizo soltar una carcajada a Bucky.

Sam miró detrás de sí, levantando la vista hasta dar con el primer piso de la casa. Sonrió.

--- ¡Si te parece divertido, ven y hazlo tú!

Negó el reto de su compañero.

--- ¡Estoy bien desde aquí! -sonrió- Vamos, Sam. ¿Cómo pelearás con los tipos rudos si no puedes quitarle el escudo que le arrojaste a un árbol?

--- Hey, qué puedo decir -regresó a su entrenamiento-. Es la madre naturaleza

Y dicho esto, logró safarlo.

Sonrió mientras se apartaba de la ventana, orgulloso. Ahora él tenía una labor por cumplir: hacer la cama.

Una vez que la terminó -en menos de minuto y medio-, fue a ducharse. Salió de su habitación, caminó por el pasillo en dirección del lado derecho, dio un par de pasos y volvió a girar hasta entrar en el baño -este quedaba en medio de las habitaciones, perfecto-. Cerró la puerta detrás de sí, estaba por abrir la llave de la regadera hasta que cruzó al lado del espejo del lavabo, por alguna extraña razón, decidió regresar a este y observarse.

Movió su cabeza ligeramente de derecha a izquierda y luego de arriba hacia abajo, todo mientras tocaba su rostro.

Por otro lado, ya habían transcurrido 40 minutos y Sam ya estaba satisfecho con el entrenamiento de ese día -en realidad no, pero ya quería desayunar-. Entró a la vivienda y dejó el escudo recargado sobre la pared, posteriormente fue hasta la mesa, sorprendiéndose de que Bucky no estuviera todavía ahí.

Se giró en torno a las escaleras, fue hasta estas y llamó a Barnes desde abajo. "Todo bien, solo... dame unos minutos" respondió a su llamado.

Regresó al comedor decidido a poner la mesa, pues era lo único que hacía falta debido a que Sam siempre se levantaba todos los días antes que su amigo para preparar el desayuno. Tomó dos vasos, dos platos y dos tenedores de la alacena, colocándolos encima de sus respectivos manteles individuales. Fue a la cocina por el huevo con espinacas y se lo llevó de igual forma.

--- Prometo que algún día, yo haré el desayuno -escuchó detrás de sí

--- El anciano necesita descansar -contestó con una sonrisa

Fue a su lugar y se sentó, comenzándose a servir. Todavía no veía a Bucky.

--- ¿Podrías traer el jugo de naranja, por favor? -levantó la mirada- Lo ol...

Su frase se cortó, como el cabello de Bucky, también había hecho un par de arreglos a su barba. Estaba atónito, aunque de todas formas lo alagó indirectamente, entre bromas.

Te recuerdo [Bucky Barnes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora