Capítulo 1

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"Los bosques de Gardenstone permanecen como los más amplios y vastos en naturaleza. Haciendo mención especial al Bosque Flaney, un orgullo para el Reino y un lugar histórico e imponente, repleto de ruinas del antiguo mundo".

Las palabras en el folleto eran ciertas, todas y cada una de ellas.

El Bosque Flaney se presentaba ante mí, tan imponente y profundo como era descrito. Tan vivo y libre en sí mismo, tan opuesto a mi.

Había logrado salir del Palacio de los Reyes de Gardenstone con la promesa de regresar antes del inicio del Baile para celebrar lo que el Bosque Flaney y yo tendríamos en común y para lo que me había preparado toda mi vida: ser vital para el reino.

En realidad, no había obtenido permiso para salir. Había huido. Estaba terriblemente decepcionada conmigo misma por ello y podía escuchar la voz de mi madre, la Reina Elizabeth, elevarse en regaños. Pero necesitaba salir.

Hacía apenas un día que había viajado desde Maredale, mi reino, a Gardenstone, próximamente mi reino, para llevar a cabo la anhelada unión entre ambos reinos, y en el proceso, contraer matrimonio con alguien que jamás había conocido.

Salir del Palacio de Gardenstone había sido fácil. Lo que no había previsto, sería lo difícil que sería decidir regresar. Estaba a tres pasos de la entrada. Podía correr. Siempre me gustaron los libros de fantasía en los que las princesas habitaban en el bosque.

Coloqué un pie frente al otro. No tenía que marcharme para siempre, solo hasta que hubiera leído todo sobre las relaciones amorosas y mejorarara el conocimiento de mi yo de diecinueve años.

Había dado un paso. Podía hacerlo estaba-

—¡Princesa, cuidado!

Di media vuelta cuando algo pasó rápidamente frente a mi cara, haciéndome saltar hacia atrás.

Había tenido tiempo para correr, pero el Mar y yo sabíamos que no me atrevería. La flecha que había esquivado con pocos centímetros a mi favor que se encontraba clavada en el mural era la prueba de ello.

—¡Princesa! ¿Se encuentra herida? —preguntó un joven, probablemente un guardia, corriendo hasta mi—. Me matarán en el Palacio si lo está.

—¡¿Por el Mar, qué fue eso?! —pregunté de vuelta, estaba segura de que estaba temblando—. ¿Es así como reciben a los maredanos en Gardenstone?

El joven rió.—Es la manera emocionante de recibirlos.

Era una lástima que una tela roja cubría su rostro. En realidad, era lo único que se encontraba cubierto. Incluso su cabello con rizos rubios eran visibles al igual que sus brazos y camisa negra con jeans.

—Unos compañeros y yo practicábamos el tiro con arco, no pretendíamos lastimarla —explicó, haciendo un esfuerzo absurdo por desviar la mirada y no permitirme ver sus ojos. ¿Quién era en realidad?—. Si me permite, —sugirió, llamando un caballo café a su lado con un silbido—, puedo llevarla de vuelta al Palacio. Abrirán sus puertas pronto para el baile de esta noche.

Lo evalué rápidamente. No portaba ningún símbolo que indicara que en realidad pertenecía al castillo, ni me había dado ningún nombre. En cambio, había insistido en mantener sus rasgos ocultos a mi.

—¿Alguna vez le informaron que mirar fijamente es de mala educación? —dijo, elevando una ceja. Y cometiendo el error de permitirme ver sus ojos azules, nada lejos de ser una réplica del océano.

—¿Alguna vez le informaron que disparar una flecha a una princesa e intentar llevarla al Palacio sin haberse presentado es de terrible educación?

Rodó sus ojos antes de caer en una profunda reverencia, casi burlona.

Regnum. ✔️[DISPONIBLE EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora