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Capítulo 36

Dejamos las bellotas de Lidia caer la mañana siguiente. "Leal", escribí.

No había podido hablar con Dominic en ese momento- elegí no hacerlo, era su último momento cerca de ella y después de todo, se habían perdido uno al otro.

Me sentí culpable de siquiera pensarlo, pero todos habíamos perdido algo la noche anterior.

Un padre, una amiga, un amor... y sentía que estaba perdiendo mi presente.

Lidia no habría querido esto. No habría querido que me sintiera mal, pero era todo lo que podía hacer en medio de la incertidumbre en la que me encontraba.

"Su majestad está perdiendo sangre más rápido de lo que esperábamos. Esperemos que pase la noche", me dijeron los curanderos que esperaban fuera del palacio momentos antes de que me volviera loca y perdiera toda racionalidad, rogando a todos y a nadie al mismo tiempo que permitieran que Luke despertara, que no me dejara.

Dos manos se apoyaron en mis hombros en un gesto reconfortante que había necesitado por más tiempo del que creía necesario.

—Relájate, mi pequeña... —habló la voz de mi madre detrás mío—. Una Reina no puede estar tan tensa. Las líneas en tu frente se quedarán por toda la vida.

Tomé una de sus manos entre las mías. Noté que las manos de mi madre aún estaban débiles y se sentían ásperas.

Al contrario de lo que creía, la presunta localización de mi madre no había sido una distracción del todo. Dominic y Luke llegaron a rescatarla de una casa que gritaba Lauxwell en cada pared, y al regresar, había sido cuando Thomas les informó de lo que había escuchado cuando Anwir me llevó con él, o eso era lo que me habían dicho. De cualquier forma, mi madre estaba de vuelta conmigo. De vuelta a mi lado.

—Con tal de que él siga en este mundo conmigo, podría tener las líneas en mi frente por toda la vida —admití.

—Te has encariñado con él...

—Terriblemente, madre —respondí.

—No esperaba nada menos de tu corazón —mi madre dijo, tomando asiento a mi lado—. Se complementan bastante bien, además. Ahora que lo pienso, el Congreso dijo algo sobre ustedes años antes de que su amor surgiera...

La miré alzando una ceja.

Sabía bien que el Congreso tenía sus formas de dictar el futuro de nuestros reinos; como nos dijeron en veces anteriores, habían esperado generaciones para que la unión de todos se concretara, y si estaban en lo correcto, Luke debería de sobrevivir para poder realizarla.

—¿Qué te dijeron? —pregunté.

Mi madre ajustó el abrigo que abrazaba sus hombros manteniéndolos cálidos antes de responder:

—"Solo tenemos el presente y el futuro para remendar el daño que el pasado causó".

De vuelta en Mudtry, la bruja nos había llamado así al igual que Robert, pero ahora todo tenía sentido: Ashton, al venir de un reino que había sido explotado desde el inicio de su historia con los ideales tan antiguos como el tiempo mismo representaba el pasado. Luke, después de ser coronado creyó que nunca cambiaría pero transformó todo lo que alguna vez fue sin ser detenido, como lo era el presente.

Sólo quedaba el futuro...

—¡...majestad, su majestad!

Las pisadas con prisa hicieron eco por todo el pasillo y cesaron hasta llegar frente a mí. Thomas se tomó un segundo para respirar mientras yo me colocaba de pie.