Capítulo 12

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Observé las palabras escritas en el papel que seguía en mis temblorosas manos. La letra no la había visto antes, pero la caligrafía y ortografía eran buenas, de alguien que había recibido clases durante toda su vida. Sentí un hormigueo en las manos y una punzada en la cabeza. Algo no andaba bien.

Segundos más tarde, me recompuse levantándome de las escaleras, sin saber en qué momento había tomado asiento. Arrugué la nota y comencé a caminar hasta la bodega, cerca de la cocina pero desalojada a juzgar por la hora.

Analicé la carta mentalmente una y otra vez. Esta persona tenía información, y aún peor, sabía que yo la necesitaba. Sabía que estaba lo suficientemente sedienta de respuestas para venir a buscarle y que me compraría lo que sea que tuviera que decirme con tal de saber algo, lo que fuera. Entré a la bodega, el espacio estaba reducido gracias a las cajas y cajas de comida, un foco era todo lo que iluminaba el espacio de madera en el que estaba.

Una parte de la carta, "... las tres coronas" me sonaba familiar... como si lo hubiera escuchado antes este mismo día...

Dominic.

Sabía la información porque él había estado en la reunión, "... pronto todo tendrá sentido" había dicho justo esta misma mañana. La caligrafía... era un duque, recibió clases. Dominic era la única respuesta que encajaba con todo.

La puerta crujió detrás mío, me di la vuelta sin temor, estaba segura de que sólo se podía tratar de-

—¿Luke? —pregunté, más sorprendida de lo que podría admitir—. ¿Qué estás haciendo aquí?

—Recibí una carta —dijo, mostrando el papel en sus manos—. Quien fuera que haya sido me amenazó con lastimar a Dominic si no te... decía cosas. Respuestas.

Dominic no estaba detrás de esto, no era tan tonto para ponerse en peligro a sí mismo. O eso esperaba.

—Claramente están jugando con nosotros. Me largo de aquí —hice un gesto con la mano y él se apartó de la puerta, empujé la madera que quedó intacta—. Cerrado.

Cubrí una de mis manos temblorosas con la otra, observándolas como si la llave fuera a salir de ellas.

Me tomé un segundo para procesar lo que estaba sucediendo. Luke venía a decirme las respuestas que necesitaba, probablemente, y de no hacerlo su primo estaría en una situación peligrosa. La identidad de la persona que había ideado esto me daba miedo, que tuviera acceso a darnos cartas y a la información era peligroso por sí solo. Ideó esto para que no tuviera otra alternativa más que escuchar.

—Está bien. Estoy lista —di la vuelta—. Hable, su majestad.

Desde mi posición con la espalda pegada a la puerta de madera, vi lo nervioso que Luke se encontraba sentado en una caja a pocos pasos de mí- tres, para ser exactos.

—Días antes de... el accidente, la Reina Elizabeth y mis padres hicieron un trato que está verificado por el Congreso, ya lo conoces —chasqueó la lengua. Noté cómo usó la falta de iluminación a su favor y escondió su rostro en las penumbras, seguramente para que no lo viera vulnerable ahorrando incomodidad a él y a mi—. Debías de casarte con mi hermano, así una parte del destino de los tres reinos estaría cumplida y Lauxwell cedería eventualmente.

>> Cuando sucedió el accidente, el acuerdo quedó en el limbo para todos... pero no para el Congreso. Han esperado un largo tiempo para que el destino se cumpla y al haber estado tan cerca de lograrlo, se frustraron y colocaron un nuevo acuerdo en manos de tu madre. Éste estipula que, como heredera legítima de Maredale, elegirías el reino con el que se haría la alianza de improvisto con sólo las impresiones que sus líderes te otorgaran. Nadie te diría nada, incluso Ashton y yo no nos enteramos hasta después de que llevaran unos días en Gardestone. Yo ya había metido la pata contigo, ambos lo sabemos y no me arrepiento, pero Ashton llegó con una actitud distinta a lo que yo recordaba. Llegó a Gardenstone con una personalidad diferente, una que le permitiera alcanzar un propósito.

Regnum. ✔️[DISPONIBLE EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora