Capítulo 18

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Moví el lápiz entre mis dedos ocasionalmente chocando con la madera del escritorio frente a mí en un ritmo entretenido. Parecía que Luke no se presentaría a sus lecciones del día de hoy, y yo tenía cosas más importantes que hacer; debía de supervisar el invernadero, aprobar negocios Maredanos que se establecerían en la capital de Gardenstone... incluso ordenar mis libros era más importante; pero algo en mí sentía que se lo debía a Luke.

Tal vez, porque me había ayudado en la conferencia cuando las cosas se tornaron complicadas o, porque tenía cierto cargo de consciencia del que no me podía deshacer desde que le había contado sobre las pruebas que Dominic y Thomas encontraron. Inhalé y exhalé, le debía la espera. Le debía esperar un minuto más.

La manecilla grande del reloj se movió un milímetro más. Dejé caer el lápiz y me levanté de la silla. De todas formas, la terquedad y falta de seriedad de Luke harían que las lecciones fueran más complicadas de lo que había imaginado. Quizá era una buena decisión no darle su lección el día de hoy-

—¡Aquí estoy! —exclamó Luke, entrando por la puerta tan pronto como el último pensamiento había saltado a mi mente.

—Llegas tarde —dije, apoyándome en el escritorio.

—Acordamos diez en punto —replicó Luke, señalando el reloj en la pared que tenía de frente—. No sabré mucho de política pero sé que las diez en punto y las diez con uno están cerca.

Bufé a falta de argumentos y señalé un asiento frente al escritorio mientras yo volvía al mío del otro lado. Tomé el mapa de Gardenstone y lo puse sobre el escritorio. Luke lo miró buscando notas, flechas, lo que fuese, y al no encontrarlas me miró con confusión.

—¿La lección de hoy es sobre... mi reino? —preguntó.

—Quiero comprobar algo —me incliné un poco para poder señalar las cuatro divisiones de Gardenstone en el mapa maldiciendo mentalmente la inmovilidad que causaba mi vestido el día de hoy. Con la punta de mi dedo índice derecho, apunté al estado más alejado al norte del palacio—. ¿Quién es el encargado de este estado?

Los ojos de Luke se fijaron en mí curiosamente desafiantes, como si todo esto fuera un chiste. Si no quería cooperar con algo tan sencillo tendría que pedirle a Thomas encargarse de educar a su Rey, algo particularmente cruel de nuestra parte, ya que el pobre asesor tenía muchas cosas en su plato.

—"Este estado" —dijo Luke, haciendo comillas en el aire—. Se llama Silvius...

—Enhorabuena, sabes los nombres —sonreí sarcásticamente—. Si mi memoria no falla, eso no fue lo que pregunté.

—Permítame establecer tres puntos, su majestad: Ese es Silvius. Número uno. Número dos, creo que tu pregunta está mal hecha ya que como Reyes, nosotros estamos encargados de todos los estados —continuó Luke, haciendo que pusiera mis ojos en blanco y mi paciencia bajara su estado actual—. Pero, sé que la duquesa se llama Azner.

—Incorrecto. Es Aster —lo corregí, asegurándome de que notara como rodé mis ojos—. No conoce a sus duques, su majestad. Son cruciales para conocer al pueblo. Está peor de lo que pensaba-

El aire me quedó corto cuando Luke acercó su cara a escasos centímetros de la mía.

—Número tres... —desde el rabillo de mi ojo, advertí una de sus manos junto mi dedo señalando en el mapa—. El escote que traes hoy luce magnífico, tal vez más de lo que debería. Pero si quieres mi concentración total en la lección, pediré que lo alejes de mi rostro a una distancia considerable.

Me deshice de la distancia que nos separaba al volver a mi asiento en un sentón que resultó más agresivo y brusco de lo planeado. Fruncí mi ceño y crucé mis brazos mientras Luke se reía y estudiaba el mapa sin inconveniencia, de vez en cuando echándome un ojo a mí... Y a mi escote.

Regnum. ✔️[DISPONIBLE EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora