Capítulo 31

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El aire azotó contra mi rostro al abrir las dos enormes puertas. Miré al cielo que lucía especialmente iluminado el día de hoy, las nubes eran pocas y se encontraban esparcidas como pinceladas lejos una de la otra. Las hojas de los árboles en mi campo de visión comenzaban a verse decoloradas y un tanto débiles, advirtiendo lo cercano que estaba el Otoño de llegar a los tres reinos. El carruaje negro resumió su paso al haberse detenido por un momento breve en la entrada y se detuvo nuevamente frente al palacio.

Estudié su aspecto tomando ventaja de la cercanía; parecía antiguo, demasiado. Las ruedas, la pintura desgastada e incluso las puertas estaban descuidadas. Era muy viejo para ser de este tiempo así que asumí que era del antiguo mundo; tres siluetas bajaron de él con elegancia y precaución. Los guardias que el Congreso había solicitado previo a su visita se quedaron quietos como estatuas en sus posiciones, impidiendo que cualquiera pudiera siquiera vislumbrarlas.

—Buen día, sus majestades —saludó Mary, las demás siguieron sus acciones e imitaron su reverencia—. Feliz Equinoccio de Otoño.

Uhh... Sof, —Kat hizo un gesto con las manos—, siente la tensión entre ambos. Ha cambiado como predijimos, pero no de una buena manera...

—La noté, Kat —dijo Sof, como si no estuviéramos ahí—. No se parece en nada a la que tenían en la cabaña, ha cambiado. Debieron de haber discutido.

Intenté mantener una expresión neutral al sentir la curiosidad en sus miradas. Accidentalmente, comencé revivir la discusión que Luke y yo habíamos tenido la noche anterior:

—¿Lauxwell? —leí en voz alta, Luke se tensó—. ¿Son planes para atacar Lauxwell?

Sus manos posadas en mis costados iniciaron una misión para distraer mi atención, viajando hasta mi cuello. Al darme cuenta, moví la cabeza lejos de su agarre y coloqué una mano en su pecho apartándolo de mí. Con el espacio suficiente, analicé el plano entre mis manos.

—¿Cómo...? —pregunté a nadie en particular. Las tropas estaban colocadas para acechar el palacio. Intenté que mi tono saliera fuerte y serio—: ¿Te importaría decirme cuándo se fueron estas tropas? —y lo logré.

—Hoy en la tarde —respondió Luke, rascando su cuello con nerviosismo—. ¿Estás molesta?

"Hoy en la tarde", las palabras cayeron como agua. Sin mi permiso, sin consultarme, a mis espaldas.

Encontré un deja vú agridulce en la situación. No era como cuando había retirado los cobros, esa había sido una acción noble dentro de todo. Nada igual a esto.

Dejé los planos de vuelta en el escritorio y salté con los brazos cruzados.

—No... —fruncí el ceño—. Peor que eso. Dime Luke, ¿en qué estabas pensando cuándo mandaste tropas sin consultarme a Lauxwell? ¿No es suficiente con tener una alianza sumamente ilegal con la Reina para derrocar al Rey?

Si había algo que me podía molestar más en este momento, era que su respuesta fuera mala. Pero en vez de eso, se quedó en completo silencio.

—¿No dirás nada? Bien, entonces lo haré yo —mis manos se quedaron en mi cintura—. ¡Esto tendrá consecuencias para las que no estamos preparados, Luke! Somos un equipo, trabajamos juntos, tú lo dijiste. ¿Por qué ocultar algo tan importante, que no solo me incumbe a mí, si no también a mi reino?

—Maredale también es mi reino.

Tenía razón, pero la elección de palabras me había molestado.

—Si lo es, ¿por qué no pensaste en la escasez que tenemos en tropas? ¿acaso pensaste en eso antes de enviarlas, Luke?

Regnum. ✔️[DISPONIBLE EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora