Capítulo 4

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Hacía ya unos minutos que Ashton y yo nos habíamos alejado del sendero que indicaba la forma correcta de recorrer el jardín; "Lo correcto no es siempre lo que se debe de hacer..."; había dicho.

Inició una ronda de preguntas bastante informales mientras seguíamos caminando.

—Tu turno, ¿Alguien ha conquistado antes ese corazón tuyo? —preguntó.

—No realmente, es un... territorio que no ha sido explorado. O no mucho.

Eso era cierto, jamás había tenido una relación con alguien en serio, nada más serio que un chico de vuelta en Maredale. Desde pequeña solo tuve tiempo para los deberes que tiene que hacer una princesa en entrenamiento. Había coqueteado con algunos, sí, pero me prometí reservar esos momentos para mí misma. Además las palabras de mi madre siempre resonaban en mi cabeza; "Querer y necesitar son cosas diferentes, para reinar no necesitas un hombre... pero si algún día lo quieres, ve tras él".

—¿Qué hay de ti? —pregunté de vuelta.

—No, no de momento. He tenido parejas, claro, pero al final... vuelvo al trono solo.

—Explícame, ya que Lauren y tú son reyes... ¿Qué pasará cuando alguno de los dos contraiga matrimonio?

El tema tenía cierta relevancia para mí: era un misterio que no estaba descrito en los libros ni expuesto en las clases: un caso único.

—Si eso pasa... cuando eso pase —se corrigió—. Entonces el otro abdicará al trono. Hicimos ese pacto cuando mi padre murió.

Los pactos, promesas y favores tenían un nivel de importancia elevado para todos en los tres reinos. Creer en la palabra de otra persona era difícil, pero quien no cumpliera con esta debía de prepararse para perder su honor y atenderse a las consecuencias.

Guardamos silencio un momento. No sabía cómo seguir la plática...

—Dime, ¿qué te pareció la cena? —Ashton preguntó, alentando nuestro paso—. Lauren dijo que la decoración era mucho, pero en mi opinión, es más apropiado usar nuestros colores.

—La comida estuvo deliciosa, no sabía que cosas tan exquisitas existían. —Lo miré de reojo. No dijo nada, no estábamos aquí por eso—. No quieres saber eso, ¿verdad?, venimos aquí por otra razón.

Parpadeó como si lo hubiera tomado por sorpresa, quizá lo había hecho, no había sido mi propósito.

—Correcto, aunque esperaba divagar un poco más... —levantó las cejas indicando una banca en medio del jardín, rodeada de flores como lo estábamos ahora.

Tomamos asiento. No me molesté en retirar mi brazo del suyo mientras él no lo hiciera.

Él no lo hizo.

—Noté que te encontrabas un tanto extraña con su majestad el Rey Luke, —dijo su título con un tono cerca de la burla—, Me gustaría saber... ¿A qué se debe?

No podía decirle las cosas que Luke había dicho de mí, menos que yo misma las creía. Me sentía pequeña, una heredera de un país con estadía sin fecha de caducidad en otro con la esperanza de unirlos... pronto sin mi madre, sin respuestas y sin poder.

No podía decirle eso. No exactamente.

—Conoces a Luke. Su actitud y... su existencia en general me ha agobiado un poco.

La mano que tenía libre se acercó con lentitud y acarició mi mejilla con delicadeza, como si estuviera tocando el contorno de una burbuja.

—Tu situación no es fácil. Sé que no me estás diciendo todo, de hecho creo que no me estás diciendo nada... pero lo entiendo, tienes miedo.

Regnum. ✔️[DISPONIBLE EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora