Capítulo 25

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Me concentré en el gotear de una llave, el único sonido además de la respiración de Ivy en la habitación. "No mires la herida", me había indicado antes de encargarse de ella. Estaba siendo de lo más cuidadosa. En su posición no hubiera tenido piedad, ni siquiera me hubiera esperado para entregarme a Ashton. Pero Ivy me demostró lo equivocada que estaba de ella al ayudarme... y tenerme paciencia.

—¡Auch!

—Descuide, su majestad, ya casi termino... —murmuró, limpiando la herida—. No hubiera retirado la daga...

—No la hubieras enterrado —espeté.

Me mordí la lengua. No sabía qué era lo que me estaba aplicando en la pierna, pero ardía como el infierno. Soporté el dolor por unos segundos más hasta que se apartó de mi pierna con un suspiro.

—Iré por una venda, no se mueva —advirtió, saliendo de la habitación.

Acostada en la cama, analicé lo peligroso que sería escapar por la única ventana a la vista. Era viable, pero no tardé en encontrar inconvenientes: era de noche, aún no podía caminar bien, quién sabe cuánto tiempo me regalaría Ivy al darse cuenta y alertar a los guardias... el bajar de la gran montaña en estas condiciones no me aseguraba sobrevivir del todo.

—Volví —anunció Ivy, retomando su lugar a un costado mío y elevando mi pierna con cuidado para comenzar a vendarla.

Sostuve mi pierna recta en el aire con mis manos sujetándose debajo de mi muslo.

Necesitaba saber qué haría conmigo después de curarme, aunque la respuesta fuera más que obvia. Pero más importante, necesitaba saber qué había sucedido con Luke, la incertidumbre de no saber si estaba vivo o muerto estaba acabando conmigo...

—Así que... —tenté el terreno al intentar iniciar una conversación—. ¿Lauren y tú...?

La forma con brusquedad en la que ajustó la venda me fue suficiente indicio de que hacía mal en tocar el tema.

—¡Auch!

—¿Por qué sugiere que hay algo entre su majestad Lauren y yo? —preguntó Ivy, ignorando mis quejidos.

—Por la forma en la que se comían con los ojos en el salón, tal vez... —respondí, dio un apretón en la venda que me hizo quejar—. ¡Ow! ¡Lo siento!

Ladeó la cabeza, como si estuviera debatiendo entre contarme o no...

—Supongo que no habrá una diferencia sobre decirle lo que sucede, su majestad —admitió en voz baja, finalizando de vendar mi pierna—. Lauren y yo no estamos en buenos términos.

—¿Eso es todo? —pregunté mirando al techo, descansando mis brazos a mis costados—. ¿No hay un pasado trágico, una relación fallida... un triángulo amoroso?

Rió por lo bajo, dejando mi pierna sin apartarse de la cama. Creo que había tocado territorio peligroso.

—No todas las historias de amor son como la suya, su majestad.

—Cuéntame la tuya, soy toda oídos —pedí—. Necesito una distracción antes de aceptar que me llevarás con Ashton. Lo harás, ¿no?

Asintió, casi creí ver pena en su rostro.

—... Entonces cuéntame.

—La conocí cuando visitó la funeraria de mi familia. Sé que no es para nada romántico pero, llevaba una vida demasiado aburrida como la mayoría de la gente en Lauxwell, y cuando la vi entrar... —contó Ivy, sus ojos brillando—. Estaba tan triste, tan rota... pero no dejó que nadie viera eso, ni siquiera porque el motivo de su visita fuera para arreglar el funeral de su padre el Rey. Mi padre notó la forma en la que la veía... y la forma en la que ella lo hacía, no permitió que me presentara y me mandó a mi habitación. No dejaba de hablar de ella, era anormal la forma en la que se había escurrido en mi vida cotidiana con una sola mirada, tenía esta... necesidad boráz de saber más de ella. Así que salí de casa, conseguí asilo en una posada y me preparé para visitarla en el palacio. No sabía qué estaba pensando cuando llegué a las puertas con las manos vacías, pero al parecer el destino sí. Estaban buscando un asesor político y daba la casualidad que yo me había preparado años antes para un trabajo político (aunque planeaba ir a otro reino), fue suficiente para conseguir el empleo y así estar cerca de ella. El resto es la típica historia donde una parte da más que la otra... y ésta no regresa lo mismo a cambio. Arriesgué tanto por ella al buscarla en las noches, al robar momentos entre reuniones y- ella no podía hacer tiempo para mí. Ahora estamos en el limbo.

Regnum. ✔️[DISPONIBLE EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora