Capítulo 26

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Froté mis manos juntas con esperanza de calentarlas, la mano con el guante abrazando a la otra. El temblar de mi cuerpo me impedía concentrarme en otra cosa que no fuera mantenerme caliente. La noche fue mucho peor que el día. Debajo del descubierto vestido mis músculos no paraban de tensarse. Tomé todas las cobijas que había en la cama y las coloqué a mi alrededor sin importar lo polvosas que se encontraban.

Intenté dormir y fallé rotundamente. Estaba convencida de haber escuchado sonidos en las escaleras, como si alguien fuese a subir y sacarme de aquí, pero después de dos horas llegué a la conclusión de que era la madera jugando con mi mente. También descubrí que llorar no hacía nada más que afectar mi estado más de lo que ya estaba, no soportaba las gotas de agua frías en mi rostro y la cena me había dejado con hambre. Me encontraba débil, pero sabía que tenía que resistir, porque yo era la Reina de Gardenstone. Había llegado aquí por mi cuenta, y me mantendría firme como la roca contra la que azotaba la marea.

También era una mujer, ¿por qué habría de hacer algo diferente?

Tenía que escapar de alguna forma. La puerta estaba cerrada con llave, estaba tan alto que nadie podía escucharme y me sentía aún más distante de lo que estaba sucediendo aquí y en Gardestone. Quería creer que Luke se encontraba negociando con Ashton, que buscaba la forma de llegar mí, que no me había olvidado.

—Amberly —la manija de la puerta se movió frenéticamente—. Maldición, Ashton la cerró.

Era la voz de Lauren, en serio lo era. No lo estaba imaginando esta vez.

La puerta se abrió, dejando ver a Lauren con un camisón de noche y una bandeja de comida en sus manos. Dejó la bandeja sobre la cama, no esperé su permiso para comenzar a comer. Era lo mismo que ella había comido horas antes.

—Una vez que termines, traje esto para que te cubras un poco,  —dejó un abrigo negro al lado de la comida seguido de vendas—, también Ivy me pidió que trajera éstas, no quiere que tu herida se infecte. En la mañana, traeré agua caliente para lavarla.

—¿Hablaste... con ella? —dije con la boca llena.

—Así es... —dijo Lauren, tomando asiento en la cama—. Al parecer está muy decidida en no rendirse, algo me dice que tú tuviste que ver en ello.

Asentí, chupando lo que sobraba de comida en mis dedos.

—Lo siento —murmuré, en parte por mis modales y por Ivy.

Vaciló con la cabeza, restándole importancia.

—Ahora puedes contarme lo que sucede. No es como que tenga otro lugar al que ir —sugerí.

Lauren se abrazó, comenzando a sentir el frío. Aparté la bandeja vacía y le ofrecí una de las cobijas con la cual se cubrió de la misma forma que yo.

En otra situación diría que, con la oscuridad a nuestro alrededor, una pequeña vela a la esquina de la habitación iluminando con todas sus fuerzas y nosotras cubiertas con cobijas era como tener una pijamada. Nunca tuve una con amigas, si acaso una vez Denis y Kai nos quedamos despiertos, pero podía apostar a que así lucían. Claro, sin hambre, el frío y el secuestro. La idea de tener una pijamada con Lidia me llenó de emoción y revivió la esperanza.

—Te contaré. Pero no tenemos mucho tiempo —Lauren advirtió, yo asentí—. El asunto con Ivy y... todo aquí en general tiene un trasfondo que no te imaginas, es complicado. No tengo tiempo para estar con ella, por más que quiera. La competencia con Ashton me consume más tiempo del que quisiera.

Fruncí el ceño ante la palabra "competencia".

Después comprendí: competían por la corona. Al ambos ser reyes tenían el pacto de abdicar la corona cuando uno de ellos contrajera matrimonio. Probablemente, tanto Ashton como Lauren estaban preparados para el siguiente paso cuando acepté la propuesta de Ashton, cuando vivía en una mentira.

Regnum. ✔️[DISPONIBLE EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora