"Solo los tontos hacen lo que hago, solo los tontos se enamoran." Fools; Troye Sivan.
Gerard
Los pequeños rayos de sol entraban por una pequeña abertura en las gruesas cortinas del hotel, había olvidado cerrarlas bien; vaya idiota que soy. Con pereza estiré mi brazo en busca del móvil sobre la mesa de noche, tenía bastante mensajes, notificaciones y llamadas perdidas.
— Puta madre —maldije.
Eliminé las notificaciones de Instagram y Facebook, quedándome solo con las de WhatsApp. Mi madre, Mikey, Lindsey, Bert, mi representante. Había un número desconocido entre tantos mensajes, así que decidí leer quién coños era.
Número desconocido:
Hola (?)
01:44Sé que esto es raro, soy Frank Iero :D
01:44Joder, lamento si te hice sentir incómodo, soy un poco raro
01:55Podemos hablar??? Dejamos cosas pendientes, creo...
02:58Por qué coños escribo en la madrugada? Llámame cuando lo leas
02:59Miré pantalla confundido, tratando de descifrar si realmente se trataba del Frank que yo recordaba, el idiota que pareció no tomar las cosas en serio cuando me marché. Decidí teclear una respuesta corta y sencilla.
Tú:
Hola. Te recuerdo.
10:22Me levanté de la cama y decidí darme una ducha antes de que Taylor, mi representante, llegase. Ella era una chica adorable, además que era capaz de hacer su trabajo de una manera perfecta. Antes de terminar con mi ducha relajante, mi móvil comenzó a vibrar indicando que alguien me llamaba.
— ¡Maldita sea! —dije al aire frustrado cerrando el grifo y sacando mi mano en busca del móvil.
— ¿Hola? —dijeron del otro lado de la línea.
— ¿Quién habla? —dije molesto.
— Soy Frank —tragué con dureza, su voz había cambiado, al menos un poco.
— Escucha, estoy algo ocupado y... —me interrumpió.
— ¿Vendrás el fin de semana a Colorado?, compré boletos... tal vez podríamos vernos después del concierto —notaba su nerviosismo, sonreí divertido.
— Debo pensarlo —tomé mi toalla para envolverla en mi cintura.
— Te lo ruego —suplicó.
— Debo irme —reí y corté la llamada.
Después de vestirme y ordenar un poco mis cosas, salí para ir en busca de Taylor, tuve que llamarla rogando que no viniese a mi habitación. Me veía en la necesidad de hablar con ella, no solo del tour, sino también de Frank.
[...]
— Podrías tener una novia falsa —ella sugirió a lo que yo reí.