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IMPORTANTE: Por favor, lean la nota al final. ♡


"He sido un tonto, pero las fresas y los cigarrillos siempre sabrán a ti." Strawberries and cigarettes; Troye Sivan.


Mis ojos se sentían pesados, además que había un peso desconocido en mi cintura. Con algo de esfuerzo logré despegar mis párpados; los rayos del sol entraban de manera directa a mi rostro; mi mirada viajó de manera perezosa hacia el suelo, mis prendas estaban sobre éste mientras que la mano de Frank yacía sobre mi cintura, su respiración chocaba contra mi nuca.
Con delicadeza, moví su mano para poder tomar mis prendas y móvil para dirigirme al baño, tendría muchas explicaciones que darle a Taylor

— ¡¿Dónde coños estuviste?! —hice una mueca, seguramente ya no escucharía nada con ese oído— Joder, estaba preocupada.

— Buenos días a ti también —reí mientras me colocaba la ropa interior y los jeans.

No estoy bromeando, ¿dónde estuviste? Te llamé más de veinte veces —se quejó, a lo que hice caso omiso.

— Estoy en casa de Frank —solté sin más, se hizo un silencio de unos cuantos segundos.

¿Cogieron? —reí nervioso— ¿Es grande o pequeño?.

— ¡Taylor! —reprimí asegurando que Frank aún siguiera en la cama, y así era— Fue de lo máximo, pero duele y también sé que debemos irnos así que volveré al hotel lo más pronto

Recuerda usar condón —traté de despejar un poco mis pensamientos.

— Eres asquerosa, te veo en un rato —sin más que decir, corté la llamada.

Justo después de verme en la obligación de usar mi dedo índice para cepillar mis dientes con ayuda de la crema dental, me asomé para asegurar que Frank estaba bien, pero mi sorpresa aumentó cuando él no estaba más en la cama.

— ¿Hablabas con alguien? —me sobresalté al escuchar su voz tan cerca, esto debido a que ya estaba a mi lado.

— ¡Joder! —exclamé algo nervioso— Sí, con Taylor.

— Vaya, esa chica es bastante... controladora, ¿no lo crees? —de inmediato fruncí el ceño, demostrando mi obvia confusión.

— No, es genial —admití, pero traté de mejor cambiar el tema— ¿Tienes tanta hambre como yo?

— Hasta más —él sonrió ligeramente— Apuesto un pastel entero a que has perdido más de diez kilos desde la última vez que nos vimos.

— No, claro que no —negué riendo— No estoy tan delgado.

— ¿Estás de joda? Estás esquelético —exageró mientras señalaba mi cuerpo, ese gesto me hizo sentir incómodo, por lo decidí rodear mi torso con mis brazos.

— ¿Quieres salir o prefieres quedarte? —sabía que si hablaba un poco más se notaría que en verdad el tema de mi peso era algo que me afectaba, así que traté de solo mantener la boca cerrada.

— Salgamos —besó de manera fugaz mis labios, sonreí— Te prestaré algo de ropa, aunque viendo el tamaño de tu cuerpo tal vez y sea mejor darte algo de Alyssa.

— ¿Hay ropa de Alyssa aquí? —traté de disimular mis celos.

— Sí, en la habitación de huéspedes —rodé los ojos.




[...]



Agradecí durante el desayuno que la ropa de Alyssa fuese bastante descolorida y grande, de esa manera nada quedaba del todo ajustado a mi cuerpo.

bipolar || FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora