Capitulo 30 MARATÓN 5/5

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(Louise)

Estaba sentada en mi cama, mientras miraba por la ventana, la lluvia caía y chacaba contra el cristal, las nubes tapaban el cielo azul. El día estaba tan deprimente como yo misma, no tenía ganas de salir, ni mucho menos de bajar.

La verdad no entendía porque esto me tenía que doler tanto, ¿Era posible que lo ame?, no... Eso es imposible, llevábamos tan poco tiempo para sentir amor. Y sí fue así, ahora me doy cuenta que fui yo... La única que lo amo, en esta relación.

La verdad es que estaba tan confundída, quiero llamarle pero a la vez no, estoy muy confundida conmigo misma, con mis sentimientos. Con todo.

Lu —escuche la voz de Rose, llamarme tras la puerta.

Pasa —dije, luego ella abrió la puerta y escuche sus pasos hasta quedar enfrente de mi.

Lu... No puedes seguir así.

¿Que quieres que haga?, me siento terrible —dije.

Solamente sales para ir a trabajar y nada más, después te la pasas encerrada aquí —dijo ella y se sentó a mi lado izquierdo— Lu... Has superado mayores cosas, puedes superar está.

Ese es el problema —la mire— Lo que tú dices que e superado, realmente no lo e hecho. Al menos no al 100%. Hay cosas que quedan, no sé puede borrar todo —le dije, ella suspiro.

Intentalo —dijo y se paro nuevamente— ¿Vas a bajar a comer?

. . .

Estaba terminando de poner mi ropa, para ir a trabajar, a pesar de como me sentía debía ir al trabajo.

Cuando me termine de cambiar, salí rápidamente del departamento, bajé corriendo las escaleras tratando de no caerme.

A los segundos salí del edificio y tomé un taxi, le di la dirección y me quedé mirando por la ventanilla.

El día seguía nublado, al menos la lluvia había parado.

Sonó mi celular, lo tomé y mire la pantalla decía: Liam.

Maldición, ¿Por qué ahora? ¿Por qué?. Quería escuchar su voz... Mucho pero.. No, simplemente no lo haré. No podía aún.

Una lágrima rodó por mi mejilla, la quite rápidamente. Corte.

Hemos llegado —dijo el taxista.

Muchas gracias —sonreí falsamente— Aquí tiene —le pase el dinero y salí del taxi, me adentre al restaurante, y apague mi teléfono, me dirigí a la cocina rápidamente.

Hola Lu —me saludó Emily.

Hola.

¿Cómo estas? —preguntó.

Estoy bien —mentí— ¿Y tú?.

Bien también.

¿Hay algún pedido? —pregunte mientras ponía mi delantal.

N..

Papas fritas con pescado al horno, para la mesa 5 —escuchamos a Matt uno de los  meseros.

Ahora lo hay —dijo Emily.

Yo lo preparó.

(Amelia)

Estaba terminando de ordenar mi cuarto, cuando recibo una llamada. Ni siquiera miré quién era.

Hola.

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