1☆Hastío

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Allí estaba él, andando por el pasillo, imponente. Y ahí estaba yo, pegada a la pared, inapreciable.

Caminaba junto a sus amigos como si el mundo no se detuviera con cada paso que daba. Bueno, tal vez era solo mi mundo, pero aquel caminar poderoso tenía la autoridad de tambalear la superficie sobre la que se mantenía mi cordura.

Su casi metro ochenta de estatura no era lo que más imponía de su presencia, ni siquiera su atuendo, que contaba con vaqueros rotos, una camiseta negra bajo una cazadora de cuero y unas pesadas botas, eran sus ojos, de un negro impenetrable.

Miré el reloj cuando desapareció de mi vista, llegaba tarde, y no podía permitírmelo, mis notas eran lo único que le daba valor a la existencia vacía que estaba llevando. Había conseguido entrar en la carrera que siempre había querido, pero a costa de todo lo demás.

Me había tenido que mudar de ciudad para asistir a esa universidad, lo que provocaba que estuviera lejos de mi familia y de mis amigos. La vida social brillaba por su ausencia en mi nuevo destino. No encajaba en ningún grupo y aunque los primeros meses me costó, ya me había resignado a ello. Por eso tenía que sacar la máxima nota en todo, sino la soledad y el hastío que estaba pasando no valdrían la pena.

Lo único que rompía mi abnegada vida académica era Jeon Jungkook.

Me permitía soñar con él, en como sería que me mirara, que me hablara, incluso que me besara. Lo sabía, era patética, no necesitaba que nadie me lo dijera, y no solo por lo obvio, sino porque él ni sabía que existía. Era un fantasma entre las decenas de estudiantes que pasaban cada día por mi lado. Y de entre todos, él era el menos probable de que se fijara en mí.

Pero no podía evitar admirarlo en la distancia, como tantos otros también hacían. No era un deportista, ni popular por ser el mejor de su curso, lo era por su atractivo, su halo de misterio y la facilidad que tenía de meterse en problemas. Es el típico chico que tu madre temería y tu padre odiaría, pero también era el que todas las chicas deseaban y todos los chicos admiraban, era lo más lejano a mí que pudiera existir.

Por eso cuando al día siguiente, cuando de su boca salió mi nombre pensé que me encontraba en una realidad paralela, o que era la primera señal del apocalipsis, porque eso, en mi mundo, no podía suceder.

Por eso cuando al día siguiente, cuando de su boca salió mi nombre pensé que me encontraba en una realidad paralela, o que era la primera señal del apocalipsis, porque eso, en mi mundo, no podía suceder

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Delirio [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora