6☆Rabia

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Caminaba entre clases revisando mis apuntes, había una asignatura que no encontraba, realmente no los necesitaba ese día, pero no podía recordar dónde los había dejado.

Un toque en mi brazo que se convirtió en una caricia me detuvo.

—Nos vemos esta tarde, pequeña —Tae se acercó a mí para darme un beso en la mejilla.

Me sonrió y no pude evitar contagiarme de ese rostro tan alegre. Desapareció al ver a Jungkook caminando junto a él.

—Las ojeras no te sientan nada bien —dijo este cuando ya se marchaban tras ese leve encuentro.

Me hubiese gustado darle una respuesta mordaz, pero la rabia que sentí me impidió pensar. Seguro que luego en clase se me ocurrirían miles, pero tarde, como siempre.

La rabia que estaba empezando a sentir por él se mezclaba con esos sentimientos que no querían largarse. ¿Por qué tenía que ser tan condenadamente atractivo como desagradable?

Solté mis cosas con fuerza. Miré a mi alrededor por si se había escuchado demasiado alto y vi a casi todos observándome. A ver, tampoco es que hubiese roto la mesa cual Hulk en un brote de furia, no era para tanto.

—¡Hola, Amanda!

Reconocí a la rubia que me había saludado con tanta efusividad como una de mis compañeras más populares. Su amiga y ella se sentaron frente a mí.

—Buenas —dije intentando disimular la sorpresa, ya que era la primera vez que me dirigía la palabra en todo el año.

—¿Es verdad que tú y Taehyung estáis liados?

—¿Eh? Pero cómo... —balbuceé.

—Te lo dije tía, me acaban de decir que se han dado un morreo de infarto en el pasillo —le dijo la otra.

—A ver, no ha sido así.

—¿Ves? Claro que es mentira.

Era todo muy raro, tenían una conversación frente a mí, de mí, pero yo no participaba en ella.

—Nos hemos saludado, no nos hemos dado el lote —intenté entrar para no sentirme tan ignorada.

—Entonces es verdad, estáis juntos —la emoción que ponía en sus palabras me intimidaba.

—Nos estamos conociendo.

—Ya, conociéndoos —me guiñó un ojo y ambas se rieron. Me sentía como si estuviera frente a dos quinceañeras tontas.

Sabía la fama que tenían Taehyung y Jungkook, cada uno a su manera, pero la misma, al fin y al cabo, pero lo que más me asombraba es que apenas habíamos cruzado dos palabras en público y ya parecía que habíamos practicado el Kama Sutra entero. No sabía dónde meterme.

El profesor entró y se giraron, me dio el respiro que necesitaba.

Las horas hicieron que aquello cayera en el olvido, no le di importancia y desapareció de mi memoria.

Ahora estaba más centrada en saber qué me ponía, mi armario casi al completo tirado sobre mi cama atestiguaba mi desespero. Nunca me había preocupado de mi aspecto más allá de estar presentable, pero ahora tenía la necesidad de sentirme bien conmigo misma, no por gustar a Jungkook o a Taehyung, sino por gustarme a mí y darme un poco de la seguridad que sabía que me faltaba. Pero la ropa que tenía ante mí no me ayuda mucho. ¿Cuándo me había comprado esa camiseta con esa enorme mariposa? Estaba en problemas.

Cuando sonó la puerta entré en pánico. ¡Era demasiado pronto!

—Amanda, soy yo —escuché la voz de Maya.

Delirio [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora