2☆Desconcierto

5.2K 348 21
                                    

Otra vez llegaba tarde, y esta vez no había sido culpa de que me quedara atontada mirando a nadie inalcanzable, había apurado hasta el último minuto para rematar el trabajo que tenía que entregar esa misma mañana.

Iba tan absorta en mis pensamientos que casi me choco con él, solo cuando escuché esa voz que sonaba como el picante me detuve. Mejor dicho, mi cuerpo dejó de reaccionar.

—Amanda —escuché frente a mí —¿Tú eres Amanda Wise?

Jungkook me estaba mirando, y no solo mirando, me estaba hablando. Mi garganta no podía emitir ningún sonido así que simplemente afirmé con la cabeza. Me sentía como si fuera un animalillo asustado frente al rugido de un depredador, aunque su voz había sonado más como un ronroneo.

La gente pasaba por nuestro lado, mirándonos, extrañados ante ese momento que salía de la realidad.

Jungkook se apartó hacia la pared y con un gesto me indicó que también lo hiciera. Estaba tan atontada que mi hombro chocó contra esta, ahogué un quejido lastimero. Lo que me faltaba, hacer el ridículo a los cuatro segundos, esperaba que mi torpeza tardara un poco más en hacer acto de presencia.

—He escuchado que tienes unas notas perfectas —como no reaccionaba, continuó —Quiero proponerte algo.

Sus grandes ojos negros estaban muy cerca de mí, tanto que me pareció ver algo en ellos, unos tenues brillos ¿serían las estrellas de aquella oscura noche?

—Dime —conseguí pronunciar.

—Tú me ayudas con las notas y a cambio yo te ayudo a ti.

—¿Cómo? — había pronunciado otra palabra, estaba asombrada de que mi cerebro pudiera pensar por encima del ruido que estaba haciendo mi corazón, latiendo con tanta fuerza que casi se me salía del pecho.

—Ven aquí esta tarde a las seis y te lo contaré —dijo dándome una nota con una dirección.

Volví a afirmar con la cabeza, mi cupo de sonidos coherentes había llegado a su fin.

Sin decir nada más me dio la espalda y se fue. Aflojé la carpeta que tenía entre mis brazos, ni siquiera me había dado cuenta de que la estaba agarrando con tanta fuerza, tenía los nudillos blancos y los dedos agarrotados.

Jungkook me había hablado, me había citado (vale, sabía que no era una cita, pero quería vivir en mi mundo de cuento unos segundos) y me había dado un lugar y una hora en la que volver a vernos. Mi cabeza daba vueltas y mi corazón no parecía disminuir su ritmo.

Me obligué a dejar el apoyo que me daba la pared y encaminarme a mi siguiente clase, casi corriendo, mientras intentaba dejar aparcados durante unos momentos esos pensamientos y sentimientos, cuando estuviese sentada los dejaría salir, pero ahora necesitaba mi cerebro para recordar que podía respirar y como poner un pie delante de otro.

Dejé caer mi cuerpo en la silla de la siguiente clase y le pedí a mi corazón que bajara su ritmo, con ese sonido no me dejaba oír ni mis propios pensamientos, aunque en mi mente no había otra cosa que no fuera ese hombre de cabellos oscuros y presencia devastadora.

Recordé la conversación, por ponerle un nombre, y no podía sentirme más tonta, por fin le había tenido frente a mí y tan solo había balbuceado unas silabas. Quería rebobinar y volver a hacerlo, pero el mundo era cruel, y solo te daba una oportunidad, una que siempre usaba para estropearlo.

Si seguía rememorando ese bochornoso momento me volvería loca, así que lo intenté apartar a una oscura esquina de mi consciencia. Pero me permití dejar un solo pensamiento, una idea que sonaba en mi mente en bucle una y otra vez: las seis de la tarde.

 Pero me permití dejar un solo pensamiento, una idea que sonaba en mi mente en bucle una y otra vez: las seis de la tarde

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Delirio [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora