Odié a mi yo del pasado. Estaba sentada en clase, pero apenas entendía lo que el profesor contaba. Como tantas otras mañanas, estaba muerta de sueño. En el fondo sabía que había sido inevitable. Sentada en la cama miraba hacia la cazadora de Jungkook en la silla de mi escritorio, no podía dejar de pensar, en lo que había sentido y en como tenía que controlar lo que mi corazón me decía. Mi mente tenía que hacerse la dueña de mi cuerpo.
Todo se fue al garete a segunda hora, nada podía detener ese latido.
—Buenos días, mapache.
—¿Cuándo vas a dejar de meterte con mis ojeras? —le dije a Jungkook.
—Cuando empieces a dormir bien.
Solté un bufido que se convirtió en una sonrisa al ver la suya.
Era la asignatura del trabajo en el que habíamos estado ocupados los últimos días. Se podía entregar vía correo electrónico, pero puede que le hiciese ilusión presentarse en la clase. En el fondo creo que también se sentía bien consigo mismo al volver a encauzar la carrera.
No hablamos mucho, el ambiente entre nosotros había cambiado con respecto al principio, a pesar de que mi corazón no podía dejar de estar agitado, estábamos cómodos el uno junto al otro.
No volví a verlo en el resto de la mañana. Fui a comer a la cafetería de la residencia. Estaba en el primer bocado cuando unas chicas se sentaron frente a mí.
—¡Hola, Amanda!
Intenté disimular mi cara de asombro y devolver el saludo con naturalidad. También vivían en mi residencia, y una de ellas compartía carrera conmigo.
—Hacía mucho que no te veíamos por aquí.
—He estado un poco liada.
—Sí, con Taehyung, ya te vimos en la fiesta —dijo otra de ellas y se rieron como quinceañeras tontas.
—¿Cómo te va con él?
—Bien, es un chico genial.
—Y está tremendo, que no se te olvide —dijo la tercera de ellas, y volvieron a reír como tontas.
¿Esas eran las amigas que podría conseguir por salir con él? Si era así, prefería seguir sola.
—Oye, antes te hemos visto con Jungkook —dijo la primera, yo solo afirmé, temiendo lo que podía venir después —¿Sabes si está con alguien?
Por mi mente pasó un destello de la rubia de la otra noche.
—La verdad es que no lo sé —no iba a darles ningún tipo de información.
—No me importaría ser la elegida —apoyó el codo en la mesa y la cara en su mano, imaginando a saber qué.
—Es un chico complicado.
No sé por qué lo dije, no era un mal comentario, pero supongo que no quería que se acercaran a él.
—No importa, solo lo quiero para un rato.
Se rieron las tres a carcajadas.
Empezaron a decir lo bueno que estaba, que debía estar tremendo desnudo y la suerte que tenía yo por estar con Taehyung que no debía quedarse atrás. Presuponían que yo y él nos habíamos acostado, supongo que era normal, éramos una pareja en su principio, en su Luna de miel, cuando no podían estar separados el uno del otro.
Me estaba dando asco como hablaban de ellos, como trozos de carne que solo valían para un polvo (según su propia jerga). Me avergoncé de mí misma, salvando las distancias, yo era como ellas, me había encaprichado de Jungkook por solo su apariencia, pero detrás había un hombre lleno de claroscuros, como sus dibujos.
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Delirio [Terminada]
FanfictionSu vida era tranquila, hasta aburrida, lo único que permitía que rompiera su monotonía era admirar a Jungkook por los pasillos de la universidad, pero todo cambia el día en el que se le acerca y le ofrece un extraño trato. ¿Debería aceptar? Historia...