Aquella noche apenas había dormido, no podía dejar de pensar en Jungkook. Me había pasado meses admirándole en la distancia y tan solo en un día me había hablado, le había podido mirar a los ojos (escasamente, eso es cierto, mi nerviosismo no me dejó más), había ido a su casa y me había propuesto seguir viéndole.
Bueno, técnicamente, la propuesta era ayudarle con las notas, pero para eso teníamos que vernos.
Era imposible que aceptara, pero la posibilidad de que estuviera en mi mano me alteraba tanto como para no poder conciliar el sueño. Cuando desestimaba esa extraña petición mi mente viajaba a sus ojos, su voz, sus movimientos y a esa mirada sobre la mía.
Y allí me encontraba, tumbada en mi cama después de ir a clase y comer, esperando poder dormir un poco, al menos lo justo para no sentirme una zombi.
Puse la alarma en mi móvil, ya que no pretendía despertar cuando ya hubiese anochecido.
Sin un motivo real abrí la galería para ver la última foto. La sonrisa cuadrada de Taehyung me hizo sonreír de vuelta, no era solo que fuera absurdamente guapo, era el aura especial que emanaba y que parecía adueñarse del entorno. Mi cara de asombro a su lado lo certificaba.
El teléfono se me escurrió de entre los dedos aterrizando en mi cara, alguien me estaba llamando, y no cualquiera. Era como si me hubiera pillado admirándole, me dio una vergüenza absurda.
Miré atontada, como si fuera lo más asombroso que hubiese visto nunca. No sabía que hacer, si cogerlo o no. Si realmente me estuviera vigilando se estaría riéndose de mí, sentada en la cama con las piernas cruzadas sin quitar la vista de la pantalla, paralizada.
Por suerte la llamada se detuvo. Me alegré durante dos segundos, luego la posibilidad de haber perdido la oportunidad de hablar con él se hizo latente. Tal vez debía de dejar de ser tan pánfila, hablar con otros seres humanos no me iba a hacer daño, ¿no?
Volvió a vibrar, solté el móvil como si quemara, pero esta vez fue por un mensaje.
Hola pequeña! Supongo que estarás estudiando, solo quería hablar contigo para hacerte una pregunta.
No te preocupes, dime. Mandé el mensaje por inercia, no pensé que estaba abriendo la caja de Pandora.
Necesito saber si te lo has pensado, ¿aceptas?
Me lo había puesto en bandeja, era mucho más fácil negarse por mensaje que en persona, no tenía la presión de tener que decirlo cara a cara, por eso cuando respondí lo siguiente ni yo misma lo entendí.
Aún me lo estoy pensando.
Tal vez en el fondo sabía que cuando diera mi negativa aquello se terminaría. Volvería a ver a Jungkook a la lejanía, no volvería a tener fotos de Tae en mi móvil, ni podría hablar con otros seres humanos como Jin o Maya. Pero solo estaba posponiendo lo inevitable.
Que pena, hoy Jungkook necesitaría tu ayuda, tiene problemas con algo.
Tan solo esperaba que no fuera el trabajo que teníamos que entregar al día siguiente, sino lo tendría crudo, en parte por el poco tiempo que quedaba y en parte porque el profesor había dado unas pautas extras que seguramente él no conocía.
Tendrá que hacerlo solo, pobrecito, espero que no suspenda por esto.
Sabía que el nuevo mensaje de Tae era solo para que me sintiera culpable, y lo había conseguido. Perverso y atractivo embaucador...
Además, ¿qué clase de persona sería si negara la ayuda a un compañero? Que se tratara del hombre de mis sueños no tenía nada que ver. Nada, pero nada que ver.
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Delirio [Terminada]
FanfictionSu vida era tranquila, hasta aburrida, lo único que permitía que rompiera su monotonía era admirar a Jungkook por los pasillos de la universidad, pero todo cambia el día en el que se le acerca y le ofrece un extraño trato. ¿Debería aceptar? Historia...