22☆Poder

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Jungkook abrió la puerta, nos encontramos a Taehyung en el pasillo.

—Cuida de ella.

—No me separaré de ella, puedes estar tranquilo —dijo el castaño —Ahora a destrozar a ese tío.

Se cogieron las manos es una especie de saludo fraternal, unas sonrisas cómplices lo acompañaron.

Tae me mostró su mano para que fuera con él. Regresamos junto a Jin y Maya, en primera fila, justo al lado de donde se trapicheaba con las apuestas. Los chicos que apuntaban todo no daban abasto.

—Damas y caballeros, bienvenidos al gran acto que se va a ejecutar aquí esta noche —el presentador se colocó en mitad del círculo ante los gritos de la gente.

La manera de hablar, de ese modo teatral, formaba parte del show, era el contrapunto a la brutalidad del acto que se estaba celebrando.

—Supongo que tenéis ganas de espectáculo —el público estalló en gritos —ganas de pelea —más gritos —¡de sangre!

La energía que se respiraba era increíble, esa gente quería ver como se destrozaban, asustaba.

—Por un lado, tenemos al luchador invicto, aquel que todos temen y todas desean, la gran sorpresa de este año, ¡el Chico de Oro!, ¡Jungkook!

La ovación se hizo ensordecedora. Como si fuera un río en el que sus aguas se abrían, así la gente se separó para dejar pasar al ángel caído de mis sueños. Caminaba seguro de si mismo, mostrando su fuerte porte, su mirada llena de fuego, de determinación.

Se plantó en medio del círculo. Él no sabía lo que provocaba. Era un dios griego, cincelado hasta la perfección, un dios pagano, rezado por la multitud, la utopía hecha hombre.

—Por otro lado, la gran sorpresa de la noche que no os decepcionará —seguía el maestro de ceremonias —El campeón invicto del año pasado, el hombre cuyo solo nombre asusta a los más valientes, ¡el gran Kayden!

—No me jodas —escuché a Jin a mi lado.

—¿Quién es ese? —pregunté asustada.

—Es un animal —me respondió Tae —Lo vi en alguna pelea el año pasado, le encanta dejar irreconocibles a sus contrincantes.

—Y es muy bueno —puntualizó Jin.

Vale, oficialmente estaba muy asustada.

Pero a pesar de todo no estaba preparada para lo que venía.

La gente se separó del mismo modo que cuando entró Jungkook. Aquel chico venía ya con una sonrisa en los labios, la misma sonrisa sardónica que ya había visto. El chico rubio que entró al círculo, que era algo más grande que su rival, que parecía preparado para matarle, era el mismo chico que me había acorralado tras aquel edificio. Mi cuerpo se paralizó, un sudor frío recorrió mi espalda.

—No le pasará nada, no te preocupes —me intentaba confortar Tae mientras me acariciaba el brazo.

—Es él —conseguí susurrar.

—¿Quién? —me preguntó Maya al ver lo blanca que me había puesto.

—Uno de los tíos que me amenazaron.

Escuché la risa de Jin.

—Entonces ya está, hemos ganado.

Los observaba intermitentemente a todos, no lo estaba entendiendo.

—Tú mira, y lo entenderás —me dijo el castaño a mi lado.

Y ahí estaban los dos, tanteándose, Jungkook con la mirada fija, llena de rabia, de poder, Kayden con la mirada divertida, como si se compadeciera de su víctima, imaginando las atrocidades que iba a poder hacer.

Delirio [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora