8☆Tentación

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La fiesta continuó, los bailes, las risas, la bebida, pero no hubo más besos. Creí ver la intención de Tae un par de veces, pero hice como que no me enteraba, no podía hacerlo de nuevo, porque mi mente recordaría otros labios y sufriría.

—Creo que deberíamos irnos —dijo Jin sujetando a una Maya borracha.

Salimos los cuatro, como dos parejas, el mayor intentando sujetar a su chica que corría como una loca para intentar sentarse al momento siguiente, yo agarrada a la cintura de Tae mientras él pasaba su brazo sobre mis hombros.

—Eso sí que es amor —dije riendo mientras Jin, con mucho cariño, intentaba por enésima vez que su chica se levantara para poder continuar el camino.

Cuando los veía a la distancia, en la universidad, nunca me había parado a pensar en ellos, parecían una pareja normal, ni demasiado cariñosa, ni demasiado indiferente, pero cuanto más los conocía más me daba cuenta de lo maravillosa que era. Eran muy diferentes entre si, pero se comprendían, se ayudaban y se apoyaban, siempre estaba el uno para el otro.

Tardamos el doble del tiempo del necesario para llegar a su casa.

—Quédate esta noche —me dijo Tae y no supe que responder —Seguro que no tienes ningunas ganas de caminar hasta tu residencia, además, en esta casa hay sitio de sobra.

—Pero solo porque me muero por quitarme estas botas.

Me miró con el ceño fruncido en una divertida mueca.

—No puedo permitir que sufras ni un segundo más.

Me cogió en brazos y di un pequeño grito por la sorpresa. Casi nos caemos, los dos íbamos un poco perjudicados. Me subió hasta su habitación y me dejó en su cama. Menos mal que era una casa en un terreno, separada del resto, sino hubiésemos despertados a los vecinos con nuestras risas.

Al quitarme el calzado solté un gemido de placer, hasta que no vi su sonrisa divertida no me dio vergüenza.

—¿Dónde voy a dormir? —dije para romper el momento.

—Aquí.

—¿Y tú?

—Aquí —dijo sonriendo.

—Quédate tú, es tu habitación, yo me iré al sofá —dije intentando levantarme, pero él puso sus manos sobre la cama, a mis costados y me lo impidió.

—¿Quieres acostarte conmigo? —dijo con su cara demasiado cerca de la mía.

—No —dije seria, pero con las mejillas completamente encendidas.

—Yo tampoco, así que no hay problema en compartir la cama, es suficientemente grande para los dos.

Tal vez era el sueño o el alcohol, pero parecía que tenía lógica, además, solo con pensar en dormir en el sofá ya me dolía la espalda, y echarle a él no era una opción.

—Vale —suspiré rindiéndome.

Abrió su armario y me pasó una camiseta.

—Si quieres entro al cuarto de Jin a por algo de ropa de Maya, pero temo lo que me pueda encontrar allí.

—No, no, tranquilo, esto está perfecto.

—Tras esa puerta hay un baño, puedes cambiarte ahí si quieres.

Cogí el pijama improvisado entre mis manos y me metí en el pequeño cuarto contiguo.

Me miré al espejo, el maquillaje aún aguantaba, pero se notaban los estragos de las horas y el alcohol en mi cara. La cabeza me daba vueltas, todavía estaba sufriendo las consecuencias.

Delirio [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora