POV Gulf
Se sentía como un idiota por no poder tener el valor de mandar al carajo las ideas que se formaban en su mente sobre lo que seguramente la gente pensaría sobre él si decidía tener más que una amistad con un hombre, pero sobretodo se sentía como un imbécil y egoísta por no poder dejarlo ir aunque ya hubiera aceptado que tampoco podía tenerlo ni luchar por él.
Quería ser libre de sentir lo que quisiera, pero no podía. Quería ser libre para estar con quien eligiera, pero no tenía el valor de admitirlo ni se afrontar a la gente. Lo quería a su lado, pero no tenía el valor de retenerlo.
Esa incómoda sensación de acidez en la boca del estómago se hacía presente y con más fuerza a medida que pasaba el tiempo y su mente lo obligaba a imaginar diversos escenarios en los que visualizaba a P'Mew con aquel sujeto con el que estaba saliendo y que aún no había tenido la desdicha de conocer en persona, y era mejor así, porque podía jurar que si lo viera directo a los ojos le terminaría propinando un golpe directo en su estúpida cara.
Las escenas de ellos dos teniendo una cita, caminando de la mano, dándose una caricia o besándose, simplemente le producía náuseas, porque en todos esos escenarios él solo observaba desde lejos, siendo testigo de la felicidad ajena y siendo un recordatorio de que nunca podría tener algo así.
P'Mew siempre se había quejado de que yo era el que no le prestaba atención, pero los papeles habían cambiado desde que salía con alguien más. Ya no lo llamaba, no salían ni pasaban tiempo juntos, y eso, era algo que lo incomodaba mucho. Se sentía dolido por haber sido reemplazado por alguien que seguramente no lo conocía ni la mitad de bien que él, alguien que no sabía sus manías, lo que hacía que se molestara o aquellas cosas que verdaderamente le gustaban.
Quería estar con él, aunque sea por un momento y olvidar todo lo malo.
Tomó aire, dudoso de lo que iba a hacer, pero sintiéndose algo tonto por eso. Desconectó el teléfono y desbloqueó la pantalla, fue a la lista de contactos y buscó el número que quería marcar. Oprimió el botón, pero rápidamente colgó.
Últimamente, P'Mew siempre estaba ocupado cuando le preguntaba para pasar el rato, así que no lo llamaría.
Se puso de pie y alisó su ropa lo más que podía al igual que su cabello, bajó las escaleras y fue a la sala a sentarse un momento. Nuevamente desbloqueó la pantalla, pero esta vez se dirigió a una aplicación de taxis, anotó su dirección y la del lugar al que iría. Sintió un pequeño escalofrío al ver cuánto le saldría el servicio, pero esperaba que lo valiera.
El teléfono vibró poco después para anunciar que el taxi ya estaba afuera de su casa. Tomó las llaves de su casa y se dirigió hacia el auto.
¿Era de mala educación aparecer en la casa de otra persona de manera intempestiva cuando existían Lao teléfonos celulares para comunicar previamente su llegada? Probablemente así era, pero poco le importaba. Si tocaba la puerta no habría posiblidad de que inventara un pretexto para no pasar el rato con él.
El viaje había sido largo y tedioso. El conductor no hablaba, pero en parte agradecía eso porque la ansiedad empezaban a hacer estragos en su estómago.
Era divertido recordar cuando P'Mew lo recogía o llevaba a su casa sin protestar, aunque cada uno viviera muy lejos del otro. Durante el camino solo escuchaban música y hablaban de cualquier tema al azar. Eran tiempos que se encargaría de que volvieran.
Dudaba de todo y no estaba seguro de lo que iba a hacer, pero tenía claro que no podía dejar las cosas así y simplemente perderlo como si nunca hubiera sido importante en su vida.
Tocó el timbre y una voz femenina contestó.
-Oh, N'Gulf, ahora te abro la puerta.
-Gracias.
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Cansado
FanfictionLa situación ya no daba para más y él lo sabía. Por fin, el cansancio había logrado que se rindiera.