Prisioneros de amor

Capítulo 5

Victoria: ¿seguro? (le besó) esta bien, para otro momento entonces.

Dionisio: (la paró antes de que pudiera regresar con María y Esteban) ven acá (la besó con pasión para hacerla suya en aquel mismo lugar).

Esteban se quedaba durante largo rato mirando a María mientras esta le hablaba de lo importante que era para ella el campo, en una de esas se percató de su mirada penetrante.

María: no me mires tanto, me da vergüenza.

Esteban: (rió) lo siento, no puedo evitarlo.

María: ¿acaso tengo algo en la cara? (divertida).

Esteban: una belleza inigualable (respondió).

María: (se sonrojo).

Esteban: sigue en pie lo de ir a comer, ¿verdad?.

María: Claro, si tu sigues queriendo ir, por mi encantada.

Esteban: ya tengo ganas de que llegue la tarde (sonrió).

Mientras Victoria y Dionisio descansaban sobre la hierba después de haber tenido sexo.

Dionisio: ¿te gusta Federico? (pregunto de repente).

Victoria: (dibujó una sonrisa malévola en su rostro) me encanta Federico, es el más guapo de los tres.

Dionisio:..... ¿Y si tanto te gusta mi hermano entonces por que te acuestas conmigo? (enojado).

Victoria: por que eres más fácil de engañar (le dio un beso en el pecho y se levanto para vestirse).

Dionisio: (hizo lo propio) ¿fácil de engañar?.

Victoria: si, vas de tipo duro y solo eres un hombre que no sirve para nada, no estas soltero por que seas exigente con las mujeres, estas soltero por que ninguna te soporta.

Dionisio: (la tomo del brazo con fuerza causándole dolor, un dolor que ella fingió no tener) no me hables de esa forma, todavía no ha nacido una mujer a la que le permita hablarme así.

Victoria: no me importa en lo mas mínimo tus amenazas estupidas, Dionisio, ya te dije, no voy a hacer lo que tu quieras, yo no obedezco a nadie (cuando el aflojo un poco su agarre aprovecho para soltarse e irse de su lado).

Dionisio: *veremos que tan poco te importan mis amenazas, por que yo si cumplo con lo que digo*

Federico besaba con intensidad a Cristina, esa mujer era virgen, tanto que no sabía muy bien como dar un beso pero el la guió en todo momento, sus manos estaban en la citura femenina y fue subiendo para bajar el cierre de su vestido, cuando Cristina notó eso, se separó de el.

Federico: ¿que pasa? ¿por que te detienes?.

Cristina: esto no está bien, no puede ser.

Federico: Cristina, te estaba gustando, ¿o me lo vas a negar?.....(no recivió respuesta) tener sexo no es nada malo, es una forma diferente de expresar un sentimiento.

Cristina: no me hagas tan tonta, se que crees que soy una estúpida ingenua, una virgen que caerá a tus brazos por cuatro palabras bellas que me digas, no, Federico, puede que sea algo inocente para determinadas cosas, inocente mas no estúpida.

Federico: (se sorprendio de nuevo, esa mujer le leía la mente o algo pasaba) yo no pienso que seas tonta ni nada por el estilo, solo deseo que conozcas lo hermoso que es entregarse a ptra persona.

Cristina: no fingas ser un romántico, eres un hombre muy apuesto, tu sonrisa, tu voz, pueden ser una tentación, pero no para alguien como yo, si algún día decidiera entregarme a alguien, no solo quiero entregarle mi cuerpo, quiero entregarle mi corazón, mi alma en ese acto, que seguramente sea tan hermoso como dices, pero solo cuando se hace con amor, con amor de verdad, no con el simple deseo de saciar las ganas y despúes seguir como si nada hubiera pasado, eso no va conmigo, lo siento (tomó su caballo y se fue).